domingo, 17 de junio de 2012

“Watergate fue un asalto descarado y atrevido, dirigido por el propio Nixon”


Fuente La República

30 de abril de 1974. Acorralado por las investigaciones del
30 de abril de 1974. Acorralado por las investigaciones del "Washington Post", el presidente Nixon entrega las transcripciones de sus diálogos en su oficina que confirman sus crímenes.
Histórico. Bob Woodward y Carl Bernstein, los reporteros del "Washington Post" que investigaron la incursión de un grupo de "ladrones" en la sede del Partido Demócrata, y que destaparon que se trataba de una conspiración aprobada por el presidente, relatan cuatro décadas después el caso que le costó el puesto a Nixon.
Bob Woodward y Carl Bernstein.
Reporteros/
Al completar una carrera de veinte años en el Senado, Sam Erwin presentó en1974 su último informe como presidente del comité que investigó Watergate. Entonces planteó la siguiente pregunta: "¿Qué fue Watergate?".
Incontables respuestas se han formulado en estos 40 años desde que el 17 de junio de1972 un grupo de ladrones, que vestían como hombres de negocios y llevaban puestosguantes de goma, fue arrestado a las dos y treinta de la mañana en la sede del Partido Demócrata, en el edificio de oficinas Watergate. Cuatro días después, la Casa Blanca de Nixon ofreció su propia respuesta: “Ciertos elementos tratarán de llevar esto (el incidente) más allá de lo que fue”, se burló el secretario de prensa de Richard Nixon, Ronald Ziegler, subestimando lo sucedido en Watergate como un “robo de tercera categoría”.
La historia demostró todo lo contrario. Dos años después, Richard Nixon se convertiría en el primer y único presidente de los Estados Unidos en renunciar, debido al papel que cumplió en la conspiración criminal para obstruir la labor de la justicia, al ordenar el encubrimiento de Watergate.
Hay otra respuesta, sin embargo, que desde entonces persiste y no ha sido retrucada: la idea de que el encubrimiento de Watergate fue mucho peor que el crimen en sí. Esta idea pretende minimizar la dimensión y la gravedad de las acciones criminales de Nixon.
El propio senador Sam Erwin respondió a su pregunta sobre la magnitud de Watergate: "Destruir la elección presidencial de 1972, la integridad de un proceso mediante el cual el presidente de los Estados Unidos es nominado y elegido".  No obstante, Watergate fue mucho más que eso.
En su forma más virulenta, Watergate fue un asalto descarado y atrevido, dirigido por el propio Nixon, en contra del corazón de la democracia estadounidense: la Constitución, nuestro sistema de elecciones libres, el Estado de Derecho.
Hoy en día, mucho más que en esos días que trabajamos por primera vez en el caso cuando éramos jóvenes reporteros del "Washington Post", existen abundantes archivos que proveen respuestas y evidencias sin ambigüedades sobre Watergate y su significado.
Estos archivos se han enriquecido continuamente por décadas con la transcripción de cientos de horas de las grabaciones secretas de Nixon, añadiendo detalle y contexto a las audiencias en el Senado y en la Cámara de Representantes; las pruebas y declaraciones de culpabilidad de cerca de 40 asistentes y socios de Nixon que terminaron en la cárcel; así como las memorias de Nixon y las de sus consejeros. Semejante documentación hace posible rastrear el dominio personal del presidente sobre una campaña masiva de espionaje político, sabotaje y otras actividades ilegales contra sus oponentes reales o imaginados.
En el transcurso de sus cinco años y medio de presidencia, que se inició en 1969, Nixon desató y dirigió cinco guerras sucesivas y simultáneas: en contra del movimiento que se oponía a la guerra de Vietnam, los medios de comunicación, el Partido Demócrata, el sistema de justicia y, por último, contra la propia historia.
Todas reflejan una mentalidad y un patrón de comportamiento que pertenecían exclusivamente a la personalidad de Nixon: el propósito de vulnerar la ley para obtener ventajas políticas, así como la búsqueda de trapos sucios y secretos de sus adversarios como principio rector de su presidencia.
Mucho antes que el caso Watergate estallara, el espionaje, el robo, las escuchas telefónicas y el sabotaje político ya eran una forma de vida cuando Nixon estaba en la Casa Blanca.
¿Qué fue Watergate? Fueron las cinco guerras de Richard Nixon.
La guerra contra el movimiento antibélico
La primera guerra de Nixon fue en contra el movimiento que se oponía a la intervención bélica en Vietnam. El presidente creyó que la protesta era subversiva y que limitaba su capacidad de mantener la guerra en el Sudeste Asiático según sus planes. En 1970, aprobó el supersecreto Plan Huston, que autorizaba a la CIA (Agencia Central de Inteligencia, por sus siglas en inglés), el Buró Federal de Investigación (FBI), y a las unidades de inteligencia militar para desplegar una intensa vigilancia electrónica de personas identificadas como "amenazas a la seguridad interna".
El plan incluía, entre otras acciones encubiertas, la interceptación de la correspondencia y el levantamiento de restricciones a las llamadas "incursiones subrepticias". Esto es, los allanamientos ilegales, o "black bag jobs" (operaciones clandestinas de incursión a viviendas).
Thomas Charles Huston, el ayudante en la Casa Blanca que formuló el plan, informó a Nixon que era ilegal, pero el presidente lo aprobó a pesar de todo. No fue formalmente anulado hasta que el director de la FBI J. Edgar Hoover lo objetó. No lo hizo al comienzo, porque consideraba a este tipo de actividades como parte de la turba del FBI. Sin inmutarse, Nixon mantuvo tales operaciones.
En un memorándum del tres de marzo, 1970, el consejero presidencial Patrick Buchanan escribió a Nixon sobre lo que él llamaba "el poder institucionalizado de la izquierda concentrado en las fundaciones que el Partido Demócrata financia". Su principal preocupación era el Instituto Brokings, un grupo de expertos en Washington con tendencias liberales.
El 17 de junio, 1971 –exactamente un año antes del asalto a Watergate–, Nixon se reunió en el Despacho Oval con el jefe de gabinete de asesores, H.R. “Bob” Haldeman, y el asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger. Discutían sobre un documento del ex presidente Lyndon Johnson relacionado a un cese del bombardeo de Vietnam, en 1968.
“Puedes chantajear a Johnson con este material, y puede valer la pena hacerlo,” dijo Haldeman, de acuerdo con la grabación de la reunión.
“Sí", dijo Kissinger, “pero Bob y yo hemos tratado de encajar la maldita cosa desde hace tres años”. Ellos querían la historia completa de las acciones de Johnson.
“Huston jura por Dios que hay un documento sobre ese asunto en (el Instituto) Brookings,” dijo Haldeman.
“Bob”, dijoNixon, “¿Te acuerdas del plan de Huston? Ejecútalo… Digo, lo quiero ejecutado en base a un robo. Maldita sea, entra y coge esos documentos. Dinamita la caja fuerte y cógelos”.
Nixon no dejó pasar el tema. Trece días después, según la discusión grabada con Haldeman y Kissinger, el presidente dijo: “Fuerza la entrada y sácalo. ¿Entiendes?”
La mañana siguiente, Nixon comentó: “Bob, maneja el asunto de Brookings inmediatamente. Necesito tener esa caja fuerte abierta”. Más tarde, persistió en el tema: “¿Quién va a forzar la entrada del Instituto Brookings?"
Por razones que nunca se esclarecieron, el robo aparentemente no se produjo.
La guerra contra la prensa
La segunda guerra que Nixon sin pausa desplegó fue contra la prensa, que reportaba con mayor insistencia sobre la guerra irresuelta de Vietnam y la efectividad del movimiento antibélico. Aunque Hoover pensaba que había acabado con el Plan Huston, en realidad fue ejecutado por asistentes y consejeros de alto nivel de Nixon.
Un equipo de “plomeros” (agentes encubiertos) y un equipo de asalto se formó bajo la dirección del consejero de la Casa Blanca, John Ehrlichman y un asistente, Egil Krogh, y fue dirigido por los jefes operativos del la futura incursión en Watergate: el ex agente de la CIA, Howard Hunt, y el ex agente del FBI, Gordon Liddy. Hunt fue contratado como consultor por el ayudante político de Nixon, Charles Colson, quien poseía una sensibilidad de no tener compasión como la del presidente.
Una primera tarea fue destruir la reputación del psiquiatra Daniel Ellsberg, quien en 1971 había entregado a la prensa los "Papeles del Pentágono", los reportes secretos de la guerra de Vietnam. La publicación de los documentos en los diarios "The New York Times", "The Washington Post" motivó a Nixon a rabietas y peroratas sobre Ellsberg, el movimiento antibélico, la prensa, los judíos, la izquierda los estadounidenses y los liberales en el Congreso, mezclando a todos, como consta en las grabaciones.
Aunque Ellsberg ya estaba bajo acusación y enfrentaba un cargo de espionaje,el equipo dirigido por Hunt y Liddy entró en la oficina de su psiquiatra, buscando información que pudiese perjudicar a Ellsberg y minar su credibilidad en el movimiento antibélico.
“No puedes soltarlo, Bob”, Nixon le dijo a Haldeman el 29 de junio de 1971. “No puedes dejar que el judío se robe ese material y se salga con la suya. ¿Entiendes?”, dijo.
Nixon prosiguió: “La gente no confía en esta gente del establishment del Este. Él es de Harvard. Él es un judío. Sabes, y es un intelectual arrogante.”
La rabia antisemita de Nixon era muy conocida para aquellos que trabajaban cercanamente con él, incluyendo algunos ayudantes que eran judíos.         
FECHAS CLAVE 
17 de junio de 1972. Cinco sujetos son detenidos en las instalaciones del Cuartel General del Partido Demócrata, en el edificio Watergate, en el centro de Washington.
18 de junio de 1972. El periódico "The Washington Post" es el primer medio de comunicación que informa que los individuos capturados son ex agentes de la CIA y del FBI y que uno trabajaba como asesor del Comité de Reelección del presidente Richard Nixon.
1 de agosto de 1972. "Washington Post" reporta que uno de los detenidos tenía en sus cuentas un cheque que provenía de los fondos de financiamiento de la campañla de reelección de Nixon.
29 de septiembre de 1972. Los autores de la investigación del "Washigton Post", Woodward y Bernstein, destapan que un consejero de Nixon, John Mitchell, manejaba un fondo secreto para financiar actividades de espionaje contra el Partido Demócrata.
10 de noviembre de 1972. Nixon es reelegido con el 60 por ciento, una de las más altas votaciones en la historia de los Estados Unidos.
17 de noviembre de 1973. Nixon niega su relación con  Watergate: "No soy un ladrón", dice.08 de agosto de 1974. Richard Nixon renuncia a la presidencia y lo reemplaza su vicepresidente Gerald Ford, quien luego lo perdonaría.
ClavesAUTORES. Bob Woodward y Carl Berstein relataron su investigación en Todos los hombres del presidente (1974). Sobre el derrumbe de  Nixon, los periodistas escribieron Los Días Finales (1976).
Revelado. Sobre "Garganta Profunda", la fuente que ayudó a destapar el caso, Woodward publicó El hombre secreto (2005).

Correa ataca de nuevo tras meterle un gol a la CIDH en Cochabamba

Fuente La República
17 de junio de 2012
La sorda lucha de tendencias en la OEA continuará en Washington durante todo el año. Mientras tanto, el presidente Rafael Correa retoma su agresividad contra los medios, y la CIDH le vuelve a meter un caso a Perú en la Corte Interamericana.
Ricardo Uceda. Infos/

El Consejo Permanente de la OEA ingresa a un periodo de forcejeos diplomáticos durante seis meses, hasta que venza el plazo que le dio en Cochabamba la Asamblea General para que proponga cómo reformar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La película podría llamarse Misión Imposible. Es que la propuesta debe conformar a los que quieren que todo siga igual, a los que desean solo algunos cambios y a los gobiernos violadores de derechos civiles, que buscan inhabilitar a la Comisión.
De todos modos, la virginidad de la CIDH fue perdida en Cochabamba. El secretario general Miguel Insulza y el anfitrión Evo Morales facilitaron, en gozosa  complicidad, una presentación interminable de Rafael Correa para vituperar  a la CIDH y a su Relatoría para la Libertad de Expresión. En adelante los ministros y representantes tendrían solo cinco minutos para decir poco o nada. Finalmente, el plenario decidió hacer suyas las recomendaciones para la CIDH que un grupo de trabajo presentó  en enero pasado, encargando al Consejo Permanente que dijera cómo aplicarlas en un plazo dado. Esto último fue lo fuerte, y no tanto lo que dicen las recomendaciones.
Fuerte porque hasta el día anterior, la CIDH se autogobernaba, en uso de su autonomía establecida en el Convenio de San José. Ahora los gobiernos toman las tijeras  parahacerse un traje a la medida. Desean menos control sobre los estados, menos publicidad para los infractores, menos prestigio del sistema, concebido para defender a una persona de graves errores u omisiones de sus Estados.
Claro que la anterior es una de las lecturas. Como se verá, hay otra.
Comienza el partido
La discusión sobre la CIDH dejó en un segundo plano el asunto central de la agenda: la seguridad alimentaria, cuyos acuerdos llegaron recocinados a  la asamblea. También le quitó espacio al tema que interesaba a  Evo Morales: la salida al mar, la presión a Chile. Cuando se hizo evidente que sus socios del ALBA no lo apoyaron, la crítica al mandatario se hizo ostensible en Bolivia. ¿Para eso —se decía— había favorecido tanto a Ecuador?
Ecuador, en cambio, sí les reclamó coherencia a sus amigos. El canciller Ricardo Patiño se quejó de que había gobiernos que decían una cosa a nivel de cancilleres y en Washington, en el Consejo Permanente, hacían otra. ¿A quiénes se refería? El argentino HéctorTimerman, sintiéndose más que aludido,  habría replicado que en ellos había coherencia total: sí querían reformas en la CIDH. Y fue Timerman quien sugirió que discutieran el asunto solo los ministros de relaciones exteriores.
Acto seguido,  los cancilleres se reunieron a puerta cerrada. Era la hora de la verdad.
En la mesa estaba el informe del secretario general, que propuso reformar los estatutos de la CIDH vía asamblea y objetó su poder para disponer medidas cautelares a los Estados. En su momento este documento había sido aplaudido por Los Indignados –Venezuela, Ecuador, Brasil–, pero recibido fríamente por el resto, de modo que no fue debatido. Tampoco fue debatido un proyecto de resolución coordinado por México semanas atrás, que proponía el camino inverso: estudiar las  posibles reformas con la CIDH y la sociedad civil. Así las cosas, faltaba resolver qué se haría con las recomendaciones del grupo de trabajo ya aprobadas por el Consejo Permanente.  
Correa 1, CIDH 0
Estados Unidos y Canadá, por un lado, planteaban que las recomendaciones se analizaran en consulta con la CIDH, sin violar su autonomía. Los Indignados querían que se le impusieran los cambios. Hay países como Colombia que estando vivamente interesados en reformar a la CIDH por las continuas interpelaciones que le hace no se manifiestan contrarios a los principios que la sostienen. Lo mismo Argentina, que les hace el juego a los países del ALBA manteniendo un lenguaje políticamente correcto. Entre ambos extremos, un grupo de países navegaba por el centro, como México y Perú. Brasil, que ha retirado a su embajador permanente en la OEA hasta que se reforme la CIDH –bajo furia de la presidenta  Rousseff porque una medida cautelar le ordenó parar la construcción de una represa–, hizo yunta en los hechos con Ecuador. Aliado discreto de Los Indignados, la presión de Brasil ha determinado que la CIDH haya sido puesta contra la pared.
En esas condiciones los cancilleres llegaron al único acuerdo que podían tomar: “acoger” las recomendaciones y dejar para el Consejo Permanente la pelea de cómo aplicarlas. Cuando termine su trabajo habrá una Asamblea General Extraordinaria, la que según el plazo no debería exceder de marzo próximo. Nada indica que habrá consenso al cabo de esta etapa. En el momento mismo de redactar el acuerdo las posiciones eran irreconciliables, hasta que por fin hubo un texto que daba para que ambosextremos se sintieran incluidos. Algo así como someter a la CIDH “en diálogo” con los actores.
Por eso las intervenciones de Estados Unidos, Canadá y Costa Rica, y más tímidamente las de México y Chile, señalaron que su voto no era para que la independencia de la CIDH fuera afectada. Y por eso el ecuatoriano Patiño dijo, al término de la reunión: “Es un triunfo para América Latina”.
También la idea de que es un triunfo para Correa es una interpretación válida. Correa 1, CIDH 0. Mientras tanto, flotan en el ambiente las dos interpretaciones que permite el texto. Una, que lo acordado fue mejor que la propuesta de Insulza. Otra, que la tendencia a someter a la CIDH será irreversible.
DE VUELTA A CASA (I)
Pero el partido continúa, y de aquí al próximo año todo puede cambiar. Por ejemplo, es posible que en Venezuela Hugo Chávez ya no esté en la presidencia. Y vaya uno a saber el rumbo que tomará el enfrentamiento del presidente Rafael Correa con los medios.
A su regreso de Cochabamba, Correa ordenó a sus ministros no declarar a los medios privados. Ellos solo están autorizados para hacerlo ante el numeroso contingente de la prensa oficial. Así, en Ecuador se están dando situaciones inverosímiles para cualquier sociedad de este tiempo.
A las 7:12 de la mañana del viernes 15, en los estudios de Ecuadoradio –de los dueños del diario El Comercio de Quito– estaba en el aire el director de la emisora, Miguel Rivadeneira. Había invitado al viceministro de Seguridad Interna, Javier Córdova, para hablar sobre temas de su sector. El viceministro ya estaba en los estudios. Iba a ponerse los audífonos, y en ese momento recibió una llamada. El resultado salió al aire:
RIVADENEIRA: Antes de darle la palabra al viceministro quisiéramos decirles que nos habíamos preparado para tocar en esta entrevista un tema de enorme interés para ustedes: la seguridad interna. Quisiera preguntarle al viceministro si podemos hablar de estos temas. Muy buen día.
CÓRDOVA: Buenos días, Miguel, muchísimas gracias por la invitación. Esta era una entrevista previamente pactada y por ese motivo vine. Sin embargo, como bien conoces, como gobierno hemos decidido no dar este tipo de entrevistas, así que quería excusarme contigo y con los radioescuchas por no intervenir el día de hoy. De todas maneras, agradezco la invitación y les deseo buenos días.
RIVADENEIRA: Muchas gracias. Respetamos estas decisiones. Pero seguiremos invitándolos, porque quienes se benefician o se afectan son ustedes, los miles de oyentes de Ecuadoradio.
Cacería de radios
La situación ha coincidido con una campaña de cierre masivo de radios por faltas administrativas. El superintendente de Comunicaciones, Fabián Jaramillo, confirmó que en 2012 fueron cerradas  catorce emisoras y  anunció la clausura de veinte más.Radio Cosmopolita, pionera de la radiodifusión en Ecuador, con 59 años a cuestas, ya no sale al aire.
–Cometimos el pecado de entrevistar al líder opositor Lucio Gutiérrez –dijo para esta nota su propietario, Fernando Guanoluisa
Como es obvio, estas acciones obligarán a actuar a la Relatoría para Libertad de Expresión, que a su vez será más cuestionada por Ecuador. Por su parte, la prensa que investiga enerva más aún a Correa, con lo cual termina de dibujarse un perfecto círculo vicioso.
Antes de que Correa se subiera al avión que lo llevaría a Cochabamba El Universo demostró que una empresa protegida por la familia del zar de las comunicaciones gubernamentales, Fernando Alvarado, se benefició obscenamente con contratos irregulares del Estado. Y a su retorno de Bolivia el diario narró la súbita prosperidad de Camilo Samán, su ex tesorero de campaña y amigo de la universidad, quien antes de acceder irregularmente a un cargo público era un deudor embargado. Ahora Samán, a la cabeza de la estatal Corporación Financiera Nacional, aprueba créditos por más de mil millones de dólares anuales.
–La medida tiene un efecto adicional al de la desinformación –dijo César Ricaurte, director de Fundamedios, una ONG defensora de la libertad de expresión en Ecuador–: los ministros o funcionarios denunciados ya no tienen que responder a las acusaciones.
DE VUELTA A CASA(II)
La delegación peruana también tuvo novedades cuando regresó a casa. La CIDH había enviado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos el caso de Jeremías Osorio Rivera, un desaparecido de Cajatambo.
Fue detenido por una patrulla del Ejército el 28 de abril de 1991, y nunca apareció después. La CIDH concluyó que Osorio fue torturado dos días después de su detención, y que posteriormente los militares dieron información falsa sobre su paradero. Cuando quedaron sin efecto las leyes de amnistía, la desaparición fue objeto de un juicio que aún no concluye a nivel de la Corte Suprema. Una resolución judicial de noviembre del 2011 absolvió a uno de los acusados, el oficial Juan Tello Delgado, conocido como Conan. De acuerdo con la CIDH, el Estado Peruano no cumplió sus recomendaciones de investigar adecuadamente el caso y reparar a las víctimas.
El día que se recibió la noticia hubo imprecaciones contra la CIDH en el despacho de Justicia. Las más sonoras, trascendió, eran las del ministro Juan Jiménez.

5 Mitos sobre el Caso Watergate


Escrito por Kevin Morán
17 de junio de 2012

El caso  Watergate  marcó un hito en el periodismo. Y hoy que se cumplen 40 años del destape periodístico, la BBC publica un artículo que tumba algunos mitos generados a partir de la película ”Todos los hombres del presidente”.
W. Joseph Campbell, de la Universidad Americana en Washington, cree que el filme impulsó varios mitos sobre los medios.
Un resumen de los cinco mitos detectados por Campbell en la BBC.
1.El Washington Post tumbó al gobierno de Nixon
Woodward y Bernstein revelaron los delitos que forzaron la renuncia de Nixon en 1974. Así se entiende en la conclusión la película. Sin embargo, se minimizan los esfuerzos colectivos de fiscales especiales, jueces federales, el pleno del Congreso, la Corte Suprema, así como el Departamento de Justicia y el FBI.
Woodward desestimó este mito: “La mitificación de nuestro papel en Watergate ha llegado a alturas absurdas, en las que periodistas escriben que yo solo tumbé a Richard Nixon. Completamente absurdo”. Es probable que Nixon sobreviviera al escándalo de no ser por las grabaciones magnetofónicas que lo incriminaban.
2. El diario “descubrió” la noticia del Watergate
Se señala que el caso Watergate empezó como una noticia salida del registro policial.”La información de Woodward y Bernstein sobre Watergate era frecuentemente originada y sustentada en filtraciones de funcionarios federales que investigaban el escándalo”, escribió  Edward Jay Epstein en un ensayo de 1974. Así se basaron en fuentes y detalles de investigadores que empezaron a circular.
3. ”Garganta Profunda” aconsejó a Woodward “seguir el rastro del dinero”
W. Mark Felt rompió su silencio en 2005 y reveló al mundo que él era  ”Garganta Profunda” y que nunca le aconsejó a Woodward “seguir el rastro del dinero”. La expresión —supuesta clave que resolvió lo complejo del caso— nació en el cine por Hal Holbrook, el actor que interpretó ese papel en la película “Todos los hombres del presidente”, según Campbell .
El equipo ya estaba sobre el rastro del dinero. Sin embargo, Nixon renunció no porque malversó los fondos donados a su campaña de 1972 sino por obstrucción a la justicia.
4. Woodward y Bernstein estuvieron en grave peligro
En una escena al final de la película, “Garganta Profunda” le manifiesta a Woodward que la vida de ambos periodistas “corre peligro”.
Era una falsa alarma. Las medidas que tomaron para prevenir algún incidente empezaron a parecer “melodramáticas e innecesarias. Nunca encontramos evidencia de teléfonos intervenidos o que alguna de nuestras vidas estuviera en peligro”, describió Woodward en su libro “El hombre secreto”.
5.Watergate aumentó el número de estudiantes  en las escuelas de periodismo
Es un mito. El caso, dramatizado por Redford y Hoffman, convirtió al periodismo en una carrera elegante y seductora. Así, supuestamente multitudes de estudiantes en EE.UU. llegaron a las escuelas de periodismo. Investigaciones serias lo desmienten.
Uno de esos estudios —financiado por  Freedom Forum—, indicó en 1995 que el “crecimiento de la educación periodística” fue el resultado “no de eventos específicos como Watergate… sino en gran parte por el interés que las mujeres expresaron en la disciplina, asistiendo en números sin precedentes a las universidades”.

Balaceras y ´periodistas´


13 de junio, 2012


Uno de los mejores momentos de mi vida se lo debo a la guerra. Sé que confesar lo anterior me convierte en una especie de monstruo pero trataré de explicarme y explicarles. Corría el año de 1991 y Bush, después de la invasión de Irak a Kuwait había iniciado su “Tormenta en el desierto”. Los televidentes de la época veíamos una especie de luces de bengala mientras los reportes (completamente controlados por los gringos) daban cuenta del avance de los norteamericanos. Hussein, tratando de ensartar a más países decidió bombardear Tel Aviv, lugar en el que era corresponsal de Televisa la señora Erika Vexler. El titular del noticiero era Jacobo Zabludovski que en un enlace escalofriante estableció el siguiente diálogo:

- Erika, dime, ¿qué está pasando?
- Nos están bombardeando, Jacobo. Es un ataque nuclear.
- ¿Cómo dices? Repite eso, Erika.
- ¡Es un ataque nuclear, Jacobo! Repito: nuclear.

Recuerdo que en aquel momento un servidor parpadeó mientras imaginaba a la reportera Vexler convirtiéndose en detritus nuclear y elevando su alma al cielo israelí. Lo anterior, por supuesto no ocurrió y entiendo que a la corresponsal le dieron una congelada ártica que duró varios años.

En fechas más recientes se desató un escándalo debido a que dos tuiteros, de forma esencialmente imbécil, escribieron que en algún lugar de Veracruz se realizaba un atentado. La respuesta del gobierno fue, digamos, enérgica, ya que los metieron al bote alegando algo así como “terrorismo”. Días después estos señores salieron liberados en medio de una polémica acerca de la responsabilidad en el uso de las redes sociales.

Bien, estos son los antecedentes para proceder. Pedro Ferriz de Con siempre me ha parecido un “periodista” acomodaticio que sabe relacionarse y caer parado con aquellos que detentan o detentarán el poder. Recuerdo que hace unos años el señor Ferriz tuvo la ocurrencia de decir que Julio Scherer tenía más de cinco millones de dólares en diversos bancos de Estados Unidos. La respuesta fue simple; Scherer le metió una demanda por difamación que casi lo deja ciego. Sin embargo la actitud, torpe y arrogante, fue que él no se echaría para atrás “ni para comer mierda” (este columnista imagina la escena y sufre una arcada). Pasaron los días y Ferriz fue aflojando su enjundia hasta que ante micrófonos y en una actitud ligeramente perdonavidas reconoció que no tenía ningún elemento para afirmar lo que había afirmado con lo que libró la demanda.

El viernes 11 de mayo exactamente a las 13:52 el tuitero @pedroferriz escribió lo siguiente: “balacera en Polanco, tres muertos. La familia michoacana”. Minutos después la cuenta @policiadf desmintió categóricamente la información: “no hay reporte alguno de balacera en Polanco” y yo, con mi alma chimiscolera, me metí al asunto señalándole a Ferriz que lo que había puesto era no solo incorrecto sino un motivo de alarma innecesaria entre la población. Fue como hablarle a la pared o a un sauce llorón. Mi sorpresa fue que las horas pasaban y el comentario de Ferriz permanecía inalterado en una lección de periodismo que bien se podría adquirir a 300 pesos en el metro Portales.

Pasaron las horas, la dinámica de tuiter se centraba en el tema de la visita de Peña Nieto a la Ibero y cuando todo parecía olvidado a las ¡21: 32! Pedro Ferriz escribió: “Los ánimos están muy revueltos, mucha información cruzada. No hubo balacera en Mazaryk”, dándonos una muestra de sentido de oportunidad que sólo he visto en caracoles de jardín con embolia. Veamos, lo de que los ánimos andan revueltos es inobjetable aunque no entiendo que tiene qué ver una cosa con otra, en cambio el tema de mucha información cruzada supongo que se refiere a la que atravesó por los canales neuronales del señor Feriiz ya que todos a las tres de la tarde sabíamos lo que él ignoró durante horas, que no había habido una balacera.

Hay quien especula que lo de Ferriz fue un distractor de la visita de EPN a la Ibero, no cuento con ningún elemento para afirmarlo pero sí para sostener que si este es el tipo de periodismo y periodistas líderes de opinión, estamos poco menos que fritos. Ni hablar.

viernes, 25 de mayo de 2012

"Hasta que me agarró la noche"


24 de mayo de 2012
Escrito por Gustavo Gorriti
 “El año pasado mataron a toda mi familia” dice Miguel Ángel López Solana, periodista de Veracruz, México, que luego aguantó lo que pudo, hasta que, después de “vivir con el pesar … yo huí, huí hasta que me agarró la noche”.
López Solana se encuentra, el martes 22, en Austin, la capital de Texas, ante un auditorio silencioso de periodistas, funcionarios de organizaciones de protección a la libertad de prensa, promoción de la democracia y defensa de los derechos humanos. En la atención absorta del auditorio hay gestos de contenido horror, de profunda tristeza y de indignación.
Al término de dos días de exposiciones y debates sobre cómo mejorar la seguridad y la protección para “periodistas, blogueros y periodistas ciudadanos”, Rosental Alves, el director del Centro Knight para el Periodismo en las Américas en la universidad de Texas, en Austin, que ha organizado el evento, anuncia un“choque de realidad”, e invita a López Solana al proscenio, a referir su historia de desgarro personal que es, a la vez, espejo de la la oscuridad siniestra que envuelve a la prensa mexicana.
El 20 de junio de 2011, López Solana, periodista del periódico Notiver, de Veracruz, recibió una llamada de Gabriel Huge, otro periodista del mismo diario. “Me telefoneó para que fuera a mi casa” con urgencia, dice. Solo cuando López Solana llegó, Huge le contó lo que acababa de pasar.
“Habían matado a mi padre, a mi madre y a mi hermano”. En la casa, aturdido por el dolor, López Solana vio los tres cadáveres acribillados a balazos.
El padre, Miguel Ángel López Velasco, era subdirector y columnista en el periódico “Notiver”, de Veracruz; el hermano, Misael López Solana, era fotógrafo en el mismo periódico; y junto con ellos estaba la esposa y madre, Agustina Solano de López.
López Velasco fue uno de los periodistas más veteranos de Veracruz, con conocimiento de la cobertura policial. Sus colaboradores más cercanos eran Yolanda Ordaz y Gabriel Huge.
Un mes después de los asesinatos de la familia López, el 23 de julio de 2011, Yolanda Ordaz desapareció. Su cuerpo degollado fue encontrado tres días después.
“A los amenazados los corren” dijo Pastrana, “amenaza es sinónimo de desempleo”.

El 3 de mayo de este año, el cadáver desmembrado de Gabriel Huge fue hallado junto con los restos también mutilados de los fotoperiodistas Guillermo Luna y Esteban Rodríguez; y los de Irasema Becerra, la pareja de Guillermo Luna.
Ese fue el epílogo brutal de meses de terror para las víctimas. Huge dejó Notiver (según otras fuentes, Notiver lo despidió cuando supo que estaba marcado), huyó a Tabasco y, meses después, apremiado por la falta de trabajo, regresó a Veracruz, pidió empleo, no se lo dieron, y en esa condición lo secuestraron y mataron.
Guillermo Luna se había quedado en Veracruz, pero había dejado Notiver (de acuerdo con las fuentes, fue echado en cuanto lo supieron en peligro).
Esteban Rodríguez había abandonado el periodismo, convencido de su peligro, y trabajaba como soldador en un taller de mecánica. Hasta ahí fueron a buscarlo sus verdugos.
Como dice López Solana, “mi padre, Ordaz y Huge eran el uno, dos y tres de la redacción de Notiver”. Pero ni siquiera esa devastación fue suficiente para que el periódico defendiera firmemente a sus periodistas o pugnara por investigar y resolver los crímenes.
POCO después de la muerte de Ordaz y poco antes de la de Huge, se esparció rumores de que habrían colaborado con alguno de los grupos de crimen organizado. Ninguno de esos rumores, sin embargo, fue aclarado o investigado.
La corrupción entre los periodistas es, por desgracia, considerable en México (y también, salvo ciertas excepciones, en el resto de Latinoamérica). Pero hasta eso se hace posible por la complicidad directa o indirecta de los dueños de los medios.
“Un periodista promedio gana entre 300 y 400 dólares por mes. Le pagan 60 centavos de dólar por nota… tiene que hacer 10 notas al día”, dice Daniela Pastrana, directora de la organización ‘Periodistas de a pié’, que hace lo posible por llevar entrenamiento y solidaridad a sus colegas de regiones peligrosas.
Nadie puede esperar un trabajo de calidad bajo esas condiciones.
Esa actitud explica en buena parte la indefensión de la mayoría de periodistas, sobre todo los regionales. Como dijo Pastrana en el evento, “hay un desprecio de las autoridades, de los dueños de los medios, hacia los periodistas”.
Y si eso fue así en tiempos normales, los peligrosos de ahora no han despertado precisamente la solidaridad.
“A los amenazados los corren” dijo Pastrana, “amenaza es sinónimo de desempleo”.
Corridos de sus puestos de trabajo por dueños cobardes, cazados por el crimen organizado que se entrelaza con la corrupción pública y privada, sabiendo que su destino no moverá portadas sino acaso algunas menciones destinadas al olvido, la desesperación acorralada de los periodistas regionales de México representa ahora uno los peores escenarios de persecución al periodismo; y una virtual eliminación de la libertad de prensa por la intimidación y la brutalidad, pero no es, en modo alguno, el único punto de grave peligro en el continente para el periodismo y la democracia.
Resulta que en esta circunstancia de crisis, se ha desatado una ofensiva peligrosa en contra de las pocas organizaciones multilaterales que han empujado a los gobiernos latinoamericanos a defender los derechos individuales, la libertad de prensa e impedir su vulneración.
Durante la década de los 90 del siglo pasado, el enemigo declarado y abierto de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, fue Fujimori y su gobierno. Eso era una conducta explicable en una cleptodictadura, pero no esperable en democracia alguna.
Como resultado de las luchas de los periodistas frente a las dictaduras y gobiernos autoritarios del continente (entre las cuales el de Fujimori/Montesinos fue el último y uno de los más rapaces), surgió la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, que a pesar de situarse dentro de la fofa OEA cumplió un papel importante, junto con la sociedad civil, en defender la libertad de prensa en el continente.
Ahora resulta que una extraña coalición de gobiernos que quieren actuar sin contrapeso, busca recortar sustantivamente en la próxima asamblea general de la OEA, las facultades de la Comisión de Derechos Humanos y también, en especial, las de la Relatoría.
LOS miembros más abiertos de esa bochornosa coalición son los sospechosos habituales: Rafael Correa, de Ecuador; Hugo Chávez, de Venezuela. Pero, por increíble que parezca, el gobierno de Brasil parece apoyar esas iniciativas, contando con la aquiescencia del secretario general José Miguel Insulza.
Así, gente que presume de demócrata y progresista puede terminar el trabajo que empezó Fujimori. Permitir un retroceso de esa naturaleza no solo sería estúpido sino profundamente peligroso. El gobierno peruano – si guarda la inteligencia suficiente como para saber que hay asuntos, como este, en el que lo más pragmático es la defensa de principios– debe tomar una posición decidida para impedir lo que sería un retroceso a la situación de los años 70 y 80 del siglo pasado, con la adición del crimen organizado.
Aún en regiones asoladas por el mal, paralizadas por la corrupción y la cobardía, como ha sido el caso de Veracruz, la acción de algunos periodistas y unos pocos medios ya marcó una diferencia.
Miguel Ángel López Solana tuvo – como contó en Austin– la solidaridad del periódico La Jornada, del que era corresponsal.
“A mí La Jornada me ayudó, me pagó y orientó – dice López Solana–. Tanto la Jornada como el sindicato me apoyaron mucho”.
Esa ayuda contribuyó a salvarle la vida. Pero él y la prensa amenazada en el continente necesitan mucho más que eso: la gestión, entre otras cosas, de las organizaciones multilaterales de derechos humanos y libertad de prensa que ahora se encuentran en inesperado peligro.

sábado, 24 de marzo de 2012

“El buen periodismo tiene salida"



Fuente El País de España     20 de marzo de 2012

José Sanclemente analiza la relación entre la crisis de la profesión, la publicidad e Internet en "Tienes que contarlo"


El diario El Universal se hunde sin remedio. Belarmino Suárez, su jefe de economía, es asesinado. El director del periódico, Daniel Gavela, no quiere de ninguna manera ser él quien lo cierre. El propietario, Francisco Ventura, solo piensa en venderlo. Mónica Lago y su marido, Carlos Martín, quieren vender su empresa de publicidad a un fondo de inversiones norteamericano, que está interesado en la base de datos de El Universal. Leire Castelló, una periodista de sucesos enamorada de su trabajo, y Julián Ortega, un inspector de homicidios, se alían para investigar la muerte de Suárez y resisten las presiones de políticos y del propio grupo Universal. Y, por si fuera poco, el 15-M y la CIA.
Tienes que contarlo (Roca Editorial) es un cóctel explosivo con el que José Sanclemente analiza la relación entre la crisis del periodismo, la publicidad e Internet. Sanclemente sabe de lo que habla. Es economista y experto en medios de comunicación. Fue consejero delegado del Grupo Zeta, consejero de Antena 3 TV, presidente de la Asociación de Editores de Diarios Españoles, fundador del diario ADN… Aunque Tienes que contarlo es su primera novela. “Pensé en escribir un ensayo, pero luego me decidí por un thriller, convencido de que así lo leería más gente”.
“El buen periodismo tiene salida, pero ahora estamos en una ola en la que los periodistas hacen surfing: Bruselas, política, economía y en esas aguas tienen que navegar porque lo imponen los poderes políticos y económicos. Ahora estamos en la ola del ajuste y nadie se sale de eso. El esfuerzo de estar allí es increíble. ¿Por qué no nos salimos y ponemos el esfuerzo en el otro lado? ¿Por qué no nos cuentan a los lectores cosas que nos gustaría saber? ¿Por qué no le preguntan al Rey sobre su yerno?”.
El Universal tiene su sede en Barcelona, donde se desarrolla la novela, y Sanclemente sostiene que no ha pensado "en un diario en concreto sino en todos a la vez”. Este periódico de ficción lo está pasando muy mal. Ha suprimido el suplemento de libros porque no es rentable, ha sufrido un ERE, los profesionales están desmoralizados y hay tensión entre la edición escrita y la digital.
“Estamos al final de un modelo de prensa, pero cuando llegó la crisis, en 2008, ya estábamos al final de un modelo. Los medios no han sabido adaptarse al mundo digital, si por adaptarse se entiende rentabilizarlo. Vimos el cambio que venía pero muchos tiraron la toalla”.
“Cuando estaba acabando de escribir la novela cerró ADN y ya escrita cerró Público. Google rompió el escudo de Facebook y Facebook salió a bolsa. Tuve prisa por acabarla porque todo va muy rápido”.
El director del diario está desesperado. “Intenta salvar los muebles, pero lo que hay que hacer es invertir en los contenidos y eso no lo tienen muy claro los financieros”. Mónica Lago dice que hoy puede ser más creíble para la gente un rumor en la Red bien estructurado y dirigido que una doble página a color en un diario. “La publicidad no funciona en Internet, incluso estorba. Lo que ella propone es la comunicación persona a persona y que sean los propios usuarios quienes la transmitan. Por ejemplo, si una compañía eléctrica quiere hacer propaganda de una compañía de energía eólica, creará una tendencia apoyándose en los medioambientalistas. Las agencias de publicidad utilizan la información que nosotros mismos les damos en los buscadores”.
El Universal tiene una macro base de datos con millones de usuarios y un centenar de programadores que procesan los datos: “En la nube hay mucha información y hay que separar el grano de la paja”. La base de datos del diario tiene mucha documentación sobre el movimiento 15-M, que interesa a la CIA. “Lo del 15-M es ficción, pero casi siempre la ficción supera la realidad”.
Leire Castelló viaja a Nueva York en busca de información sobre el asesinato de Suárez y se topa con el brazo económico de la CIA, In-Q-Tel. Sanclemente describe minuciosamente cómo funciona. “Es un fondo de inversión sin ánimo de lucro, cuyos financiadores invierten grandes fortunas en compañía avanzadas en tecnología y en sistemas de información”. Todo con un solo destino: la seguridad de Estados Unidos.
Sanclemente explica sus fuentes en una nota al final del libro. La revista Wired  publicó varios reportajes en los que denunciaba la colaboración de la CIA, a través de In-Q-Tel, en la monitorización de los blogs y redes sociales de los ciudadanos para controlar y predecir acontecimientos futuros.
“Todo puede estar bajo control. La Red tienes grandes ventajas y también grandes inconvenientes, pero somos nosotros quienes les hemos dado información de forma gratuita. Hay mucha mierda, información no contrastada y ahí entra el buen periodismo, que contrasta con diversas fuentes a diferencia de un tuit que envía cualquiera. Por eso es imprescindible invertir en los contenidos”.

jueves, 15 de marzo de 2012

Corresponsales de anteayer y de mañana


15 de marzo de 2012
Escribe Gustavo Gorriti

¿Eras periodista en los ochenta y te apasionaba aprender de aquellos corresponsales legendarios que habían cubierto Ke Sahn y la ofensiva del Tet; las historias breves de Biafra y de Katanga; el nacimiento de Bangla Desh? Llegabas pronto al libro inevitable: ‘Coups and Earthquakes’ (Golpes y terremotos), de Mort Rosenblum, y no parabas de leer.
Hace pocos meses, Mort llegó al Perú para realizar un reportaje sobre la depredación pesquera en el Pacífico Sur. Lo enviaba el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), en un ambicioso esfuerzo de investigación periodística trasnacional, en colaboración con otras dos publicaciones de periodismo investigativo: Ciper, de Chile; e IDL-Reporteros (reporteros.pe), de Perú.
Apenas pude, llevé a Mort a hablar con los periodistas dereporteros. pe y de las otras publicaciones de IDL. Fue muy interesante ver la conversación entre el veterano periodista que a lo largo de 50 años ha fechado despachos desde más de 200 países, y los jóvenes reporteros y editores al comienzo de sus carreras –y unos pocos en la complicada pista de despegue profesional, con la esperanza de tener suficiente motor para alzar vuelo – ….
Hace unos años, el escenario hubiera sido más previsible: un mariscal de campo del periodismo, activo aún y formidable, trasmitiendo su experiencia, manías, fatigas y energías a una generación joven que aspira a seguir un camino parecido.
Pero ahora, se preguntaron algunos, ¿qué les podía decir Mort sobre el Twitter y las redes sociales, la ‘agregación’ de noticias, la ‘viralidad’ en youtube, el crowd sourcing y las muchas formas en que la gente se conecta y moviliza.
Antes de irse, Mort me dejó uno de sus últimos libros: “Little Bunch of Madmen: Elements of Global Reporting” (‘Pequeña banda de orates: Elementos del reportaje global’), cuya dedicatoria dice todo: ‘Para la pequeña pandilla: la vieja banda, la nueva guardia y para los tantos que consiguieron entrar pero no salir’.
No sé si se traducirá el libro al español, pero quienes leen en inglés y les interesa el futuro del periodismo, deberían conseguirlo. Tuve el libro cerca por varias semanas, sin abrirlo, mientras terminaba otros. Luego lo abrí mientras trataba de decidirme entre él y una novela policial escandinava, y no lo dejé hasta terminar la última página.
EN general, prefiero no conocer personalmente a los autores que leo, para que no entrometan su presencia, sus tics, sus neurosis, en la obra. Me fascina conocer sobre los autores de los libros que te han dejado una huella profunda en el alma, pero leyendo sobre ellos. Sin embargo hay libros que se leen con tanta fluidez que deviene asunto secundario conocer o no al autor. El ‘Little Bunch…’ es uno de ellos.
El mensaje es claro y preciso: nunca como ahora ha sido necesario el periodismo para comprender un mundo cuya globalización no lo hace, en muchos aspectos, menos provincial, balcanizado y agorafóbico.
Pero el hecho es que, con unas pocas excepciones, la corresponsalía extranjera ha disminuido brutalmente en los medios tradicionales del periodismo en los países desarrollados, especialmente en Estados Unidos. Lo mismo ha sucedido, por ende, con las secciones mundiales dentro de los medios.
Una de las mejores secciones del libro de Rosenblum es sobre la terrible decadencia en la cobertura global de las mayores redes de televisión, especialmente de Estados Unidos. Una larga cita de una intervención realizada en 1961, por Newton Minow, entonces jefe de la Federal Communications Commission, suena hoy mucho más actual de lo que fue entonces:
"Nada informa mejor que la visión entrenada del verdadero periodista, que acepta riesgos para llegar al escenario mismo de los hechos y revelarlos con rigor y veracidad".
“Cuando la televisión es buena” dijo Minow en una charla en la National Association of Broadcasters“nada –ni el teatro, ni las revistas o los periódicos– nada es mejor. Pero cuando es mala, nada es peor. Los invito a sentarse frente a su aparato de televisión y permanecer ahí , por un día, sin un libro, sin un periódico… les puedo asegurar que lo que ustedes observarán es una vasta extensión baldía”.
Rosenblum recoge un debate, en 2009, en el Council on Foreign Relations, en el que fueron invitados los presidentes de ABC, CBS y NBC. El de CBS, Sean McManus intentó explicar porqué había sido, en su opinión, una idea exitosa la de cortar o eliminar corresponsalías para depender del trabajo de jóvenes (y muy baratos) periodistas independientes ofreelancers.
Cuando el moderador, Ken Auletta, le preguntó si no consideraba ello más bien un detrimento del reportaje internacional, McManus respondió que “nos guste o no, somos parte de corporaciones y nosotros tenemos una responsabilidad financiera con nuestras corporaciones”.
Lo revelador es cómo CBS pone en práctica esa ‘responsabilidad financiera’. Según revela el libro de Rosenblum, la oficina de París de la CBS pasó de tener 16 periodistas a solo un corresponsal de radio freelance.
IMPRESIONANTE ahorro, ¿verdad? Pero a la vez, el presidente de CBS, Les Moonves ganó 42.9 millones de dólares de sueldo el año 2009. Y, observa Rosenblum, el sueldo de la presentadora Karie Couric, de 5 millones de dólares era igual al presupuesto combinado de 17 corresponsalías extranjeras de National Public Radio, y el de Morning Edition.
En esas condiciones, no fue difícil para los manipuladores de información, marqueteros de ‘imagen’ y especialistas en relaciones públicas, llevar a cabo una masiva campaña de desinformación, con la necia anuencia de un gran porcentaje de los medios, para justificar, por ejemplo, la invasión de Irak, con las trágicas y terribles consecuencias que ello supuso.
Como lo dice bien, y repite, Rosenblum, nada informa mejor a la gente que la visión profunda y entrenada del verdadero periodista profesional que acepta riesgos a veces inmensos para llegar al escenario mismo de los hechos y revelarlos con rigor, veracidad y capacidad de diferenciar en muchas ocasiones lo aparente de lo verdadero. Ese corresponsal, complementado por editores eficientes, capaces de verificar y contextualizar los reportajes, mantiene un público bien informado y, en consecuencia, exigente con sus gobernantes y difícil de engañar.
Mort Rosenblum cita varias veces en su libro a Anthony Shadid, el corresponsal del Washington Post primero y del New York Timesdespués, en el Medio Oriente. El libro, sin embargo, no predijo el triste epílogo. Dos veces ganador del Pulitzer Prize, Shadid había pasado por buena parte de los peligros que supone la cobertura en el Medio Oriente: herido en Ramala, secuestrado en Libia. Finalmente, Shadid decidió entrar a Siria clandestinamente, para cubrir la feroz represión de Assad y la incipiente guerra civil en algunas ciudades.
Con el fotógrafo Tyler Hicks, del Times, Shadid entró por la frontera turca, en lo que iba a ser una dura marcha montañosa. Ahí volvió a constatar que era alérgico a los caballos. Pudo recuperarse del ataque de asma que le provocó la alergia y llegó a la zona entonces dominada por los rebeldes, para llevar a cabo el reportaje bajo condiciones de gran peligro. Luego de varios días, decidió regresar a Turquía, por una vía parecida a la de ingreso. Según el recuento de Hicks, Shadid se preparó lo mejor que pudo para la fatigosa jornada que le aguardaba: anti-histamínicos, inhalador, pañuelo sobre el rostro.
En el ascenso montañoso, la alergia siguió a la fatiga y, tras esta, un ataque de asma que mató al gran reportero a pocos kilómetros de la frontera.
Tomar todos los riesgos, incluso bajo severas limitaciones de salud, para llegar a la verdad de los hechos y poderlos contar para que el mundo sepa con certeza lo que de otra forma sería ignorado. Arriesgar intrépidamente la vida por lograr la verdad, no por efímera menos permanente: ¿Hay algo de obsoleto en ello?
Por eso, podrá cambiar la forma de los medios, pero la necesidad de periodistas, testigos, mensajeros, narradores de la verdad de los hechos, jamás decrecerá mientras haya libertad.