martes, 20 de diciembre de 2011

Post Prensa - Un Balance del Periodismo en el 2011


Foto IDL Reporteros
20 de diciembre de 2011
Fuente original Desde el Tercer Piso
Escrito por José Alejandro Godoy

Confirmando que ha sido un año bastante complicado, en muchos aspectos, para el ejercicio del periodismo en el Perú, ayer América Televisión despidió a su directora periodística, Laura Puertas. Una decisión poco comprensible desde el punto de vista comercial ya que, como indicaLa Mula:
Se supo que el viernes pasado, Laura Puertas había sido felicitada por su labor periodística; incluso se le había entregado una placa recordatoria “en reconocimiento por su valioso aporte en el proceso de reestructuración” del canal.
A lo Scrooge (en vísperas de Navidad) y 72 horas después de que el canal le diera una placa. Lindo ejemplo de empleadores. Con Laura Puertas, también se retira Raúl Tola, quien renunció al canal luego de esta noticia.
No ha sido el primer despido inexplicable en Montero Rosas. En plena Semana Santa, Patricia Montero y José Jara de Canal N fueron echados sin causa alguna aparente. Y lo mismo ocurrió, también antes de un feriado, con Rosa María Palacios, a quien no se renovó contrato señalándole que el canal haría “entretenimiento”.
En realidad, Puertas ya se había salvado de otras situaciones críticas. La primera surgió con la crisis de los Petroaudios en el 2008, cuando algunas cabezas rodaron en el grupo El Comercio. Mientras que hubieron otras durante el 2011 vinculadas a la cobertura de la campaña electoral, en el que el directorio acuso a Laura de “humanizar” al hoy presidente Ollanta Humala. En estas últimas ocasiones, Rosa María Palacios envió cartas al directorio para evitar el despido de Puertas. Mientras que Raúl Tola fue claro en su columna semanal en La República sobre las motivaciones políticas que rodearon a los despidos de Montero y Palacios. Ahora se entiende, en términos completos, todas las tensiones ocurridas en América durante el 2011. Y se trata del canal más importante del país, que este año salió de su proceso de reestructuración patrimonial.
No han sido los únicos casos de arbitrariedades contra la prensa. En lo que se refiere a juicios, el caso más absurdo fue el del periodista ucayalino Paul Garay, quien finalmente salió de prisión en octubre pasado luego de purgar cárcel por una información que nunca difundió. Casos como éstos evidencian muchos de los problemas que, fuera de Lima, existen para el buen ejercicio del periodismo: sanciones penales desmesuradas contra periodistas críticos, programas radiales o medios locales destinados exclusivamente al insulto, amenazas de muerte y asesinatos de hombres de prensa. Son cuestiones poco visibles en Lima, salvo para organizaciones como IPYS o en foros especializados.
También ha sido uno de los años que se ha discutido más sobre el rol del periodismo en varias coyunturas, así como sobre diversos temas que atañen a su ejercicio. Algunos tópicos interesantes han sido:
COBERTURA ELECTORAL: Aunque aún tengo pendiente de lectura el ensayo de Mariel García Llorens en Post Candidatos sobre este tema, existen algunas conclusiones preliminares que pueden señalarse. La excepción a la regla fue que los medios tomaran partido por algún candidato o en contra de alguno. Claro, no a la manera gringa, sino a la peruana, con la mezcla de información y opinión. Ello tuvo consecuencias serias en la cobertura, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Así como en los propios ciudadanos, algunos más críticos con lo que se les presentaba y otros que reclamaban que el medio o periodista en cuestión se parcialice con el candidato de su preferencia.
Aquí lo clave no es que un medio tome o no partido, sino que se garantice el derecho a la información para tomar una mejor decisión y a un mejor rigor periodístico. Un buen resumen, circunscrito a algunos medios, se encuentra en una presentación de Santiago Pedraglio.
PLURALIDAD INFORMATIVA: A partir de lo ocurrido en los medios televisivos del grupo El Comercio y del surgimiento del Grupo ATV con cinco canales consolidados (uno de ellos informativo), no han faltado voces que debatan el tema de la concentración mediática. Algunos para proponer alguna forma de control, sea amparados en la Constitución o en la creencia que todo conglomerado trae problemas. Otros para defender la idea de que, en el fondo, no importa la forma societaria, pero sí la defensa de la pluralidad informativa. Este debate se vio acrecentado por lo indicado en el plan de gobierno original del hoy presidente Humala, acerca del tema de los medios de comunicación.
Otros temas derivados son la concesión de las señales de la televisión digital, publicidad estatal, los permisos para radios comunitarias y la legislación para los medios de comunicación del Estado.
POLICIALES: El caso Ciro Castillo fue la telenovela mediática del año y el caso policial peor cubierto de los últimos tiempos. Desde la creación de hipótesis inverosímiles para justificar la tesis de un crimen, pasando por la publicación de mensajes de texto privados hasta las fotos e imágenes del cadáver fueron algunas de las prácticas deleznables. Claro, a ello debemos sumar la ausencia de interrogantes claves en la prensa sobre la inoperancia de la policía para hallar el cuerpo o de las instancias de auxilio ante la pérdida de dos personas en una zona altamente visitada por turistas.
COBERTURA DE CONFLICTOS SOCIALES: Se tiende a caer en dos extremos, ambos derivados de tomar partido por alguna de las partes. El primero, aquel que enfatiza en el carácter intrínsecamente positivo de las protestas, sin revisar con exhaustividad los intereses de los actores involucrados, así como los tejidos políticos y sociales de cada región del país. El segundo, es el comentado por Jacqueline Fowks y que volvió a verse en su esplendor en el caso Conga y también:
Este año, la desinformación sobre las demandas de Puno –contra la minería formal y la informal- que desatendidas por el gobierno y no cubiertas por los medios capitalinos llevaron a hechos violentos y extremos en junio último. De tal forma que la representación de quienes exigen respeto a sus derechos, o su agua, sus bienes o su vida, terminan apareciendo simplemente como ‘violentos’ porque les prestan atención solamente en el momento más extremo, cuando ya no saben a qué acudir para obtener alguna respuesta o solución. Y entonces el estereotipo de violentos se repite.
MEDIOS DIGITALES: Este año tres medios digitales tuvieron algunas coberturas destacadas. IDL - Reporteros tuvo dos grandes reportajes: la saga dedicada al tema de la pesca y las fallas en los controles sobre la cantidad de pescado realmente extraída en el país y el destape del caso Chehade. Mientras que INFOS, un portal del IPYS, marcó otro tipo de veta de investigación vinculada a temas de interés social, como las fallas en el transporte urbano limeñola trata de personas o la violación sexual, entre otros. Ambos medios presentan información de gran calidad, pero adolecen de un problema a mediano plazo: dependencia del financiamiento de la cooperación internacional.
La Mula apostó por la cobertura en vivo y la presentación de temas y enfoques que no se tocaban en otros medios de comunicación. A ello sumó, desde la segunda vuelta electoral y con mayor énfasis en el segundo semestre del año, un canal vía Internet con espacios de distinto tipo (disclaimer, incluyendo al autor de este blog). Queda por ver si la compra por la RCP de la franquicia de la revista Poder alimentará un grado mayor de trabajo en periodismo de investigación que este portal requiere para su consolidación.
De otro lado, en varios foros sobre periodismo e internet se ha criticado al portal web del diario El Comercio, por su énfasis distinto en su cobertura al del medio impreso, a extremos tales que se priorizan noticias sobre farándula o “notas curiosas” que atraen a un fuerte segmento de lectores, pero que también pueden ahuyentar a otros que buscan otro tipo de información, más cercana a lo que ofrece el diario decano en el papel. Un debate pendiente entre el algoritmo para obtener más visitas y la necesidad de mantener una imagen de seriedad para un diario que marca pautas y últimas palabras en varios temas.
Se me quedan en el tintero algunos temas, como el cierre de CPN Radio (un espacio importante en el dial), la aparición de competencia fuerte en el cable en el rubro noticias (a N y Willax se sumaron este año RPP TV y ATV+), las contradicciones en medios cercanos al nuevo gobierno como La Primera, los alcances y límites de una aventura periodística basada en la mera venta de semanarios como la que tiene César Hildebrandt ya por más de un año, o el cuidado en el uso de fuentes como redes sociales (caso Perú.21 - Villarán) o investigaciones académicas (ver capítulo de Uceda en este libro) para construir una noticia o un reportaje de largo aliento.
Año intenso. Y que el próximo traiga menos juicios a periodistas por “quítame estas pajas”, menos despidos sin explicación (y menos gente que los intente justificar), una mejor conciencia sobre lo que hay que difundir (y lo que no se puede hacer), así como la necesidad de entender que, finalmente, el periodismo busca que el ciudadano tenga información para tomar mejor sus decisiones, desde un voto en una elección presidencial hasta la asistencia al cine o a un partido de fútbol. Buenas noches, buena suerte.

jueves, 13 de octubre de 2011

Amenazas a la prensa en México se extienden ahora a los tuiteros


AFP

Aparecido originalmente en El Nuevo Diario de Nicaragua
13 de octubre de 2011
El cadáver de la jefa de redacción del diario Primera Hora de Nuevo Laredo, apareció el sábado junto a un teclado y un mensaje donde se afirmaba que fue asesinada por informar sobre actividades del crimen organizado en Twitter
Las amenazas a la libertad de expresión en México se han extendido a quienes usan las redes sociales para romper la censura de los cárteles de la droga, como muestra el asesinato de una periodista que apareció decapitada junto a un teclado y un mensaje amenazante contra los tuiteros.
El cadáver de María Elizabeth Macías, de 39 años y jefa de redacción del diario Primera Hora de Nuevo Laredo, ciudad fronteriza con Estados Unidos, apareció el sábado, junto a un mensaje que afirmaba que fue asesinada por informar sobre actividades del crimen organizado en redes sociales.
Es el tercer asesinato de usuarios de redes sociales en el estado de Tamaulipas (noreste), considerado por el gobierno una plaza en disputa entre el Cártel del Golfo y el grupo narcotraficante Los Zetas.
El 14 de septiembre de este año, los cuerpos de otras dos personas fueron encontrados en Nuevo Laredo junto a un mensaje que también asumía el crimen como una represalia por denunciar actividades de la delincuencia.
"Estos tres homicidios parecen representar una alarmante estrategia para intimidar a los usuarios de las redes sociales para que dejen de comunicar información relacionada con la violencia", señaló Amnistía Internacional en un comunicado difundido este martes.
Macías moderaba el sitio web nuevolaredoenvivo.es.tl (que asegura tener 400.000 visitas al mes) y participaba de una cuenta en twitter (@nuevolaredovivo) que se define como una red de ciudadanos "comprometidos para informarnos entre nosotros de lo que ocurre en nuestra ciudad".
En México, de 112 millones de habitantes, existen 4 millones de cuentas de Twuitter según un informe de la empresa Mente Digital divulgado en marzo y unos 12,5 millones de usuarios de Facebook.
En varios de los estados de la frontera con Estados Unidos, sobre el Golfo de México y de la costa sur en el Pacífico, estas redes se han convertido en alternativa para hallar información sobre balaceras, ataques de grupos armados y secuestros que han desaparecido de los medios impresos, la radio y televisión.
Mike O'Connor, representante en México del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en inglés), señala que en Tamaulipas, los periodistas viven sometidos al temor de pagar con su vida una información.
"No hay periodismo confiable desde hace mucho tiempo. Lo que dicen los reporteros de allí es que si dices la verdad, simplemente te matan", indicó.
Incluso las grandes corporaciones de medios mexicanos han adoptado mecanismos para evitar ser tocados por la violencia. Pese a ello, artefactos explosivos han sido lanzados los últimos meses contra diarios locales y estaciones de la principal cadena de televisión del país, Televisa.
En marzo Televisa y la mayoría de grandes medios firmaron un compromiso para dar cobertura "responsable" de la violencia que ha arreciado en México desde que el gobierno lanzó en diciembre de 2006 una ofensiva contra los cárteles a los que se le atribuyen más de 41.000 muertes desde entonces.
En México es "necesario defender toda manifestación, opinión o expresión, así sea a través de los medios de comunicación tradicionales como de los nuevos medios tecnológicos", advirtió recientemente el guatemalteco Gonzalo Marroquín, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa.
Pero las acciones contra los usuarios de las redes sociales no sólo provienen del crimen organizado. Algunos gobiernos regionales también han tomado represalias.
La semana pasada dos usuarios que difundieron en Twitter y Facebook supuestos ataques a escuelas en el estado de Veracruz (este), otro de los afectados por la violencia de Los Zetas, recuperaron la libertad después de que la fiscalía desistiera de pedir su procesamiento por difundir rumores, delito por el cual podrían haber enfrentado hasta 30 años de cárcel.
México es considerado el país más peligroso de América para la prensa por la ONU, con unos 80 periodistas muertos y decenas de desaparecidos desde 2000. Hasta el asesinato de Macías sumaban una decena los comunicadores asesinados este año, según el recuento de Reporteros Sin Fronteras.

MÁS*

sábado, 8 de octubre de 2011

La nena de Laredo


Fuente: El diario de Córdoba

JOAQUÍN PÉREZ AZAÚSTRE | ACTUALIZADO 27.09.2011 
Otra voz dormida, su luz decapitada por una impunidad dura de cuneta en el desierto. México es el país de Hispanoamérica en el que la profesión de periodista puede costar la vida con un riesgo mayor: así lo han dicho varios representantes de la profesión, y seguramente también lo habría dicho antes María Elizabeth Macías, asesinada el sábado pasado. A María Elizabeth Macías la han matado de una forma clara, nauseabunda, con esa pulsión seca del impacto que provoca la visualización de la escena dramática: su cuerpo apareció decapitado en un barrio de Nuevo Laredo, junto al monumento a Cristóbal Colón. Así, las piernas y su tronco fueron arrojadas sobre el césped; la cabeza, colocada en un macetero, junto al teclado de un ordenador, el ratón, los cables y los altavoces. Toda una advertencia, toda una metáfora sangrienta de lo que significa escribir en México, y decir la verdad, ejerciendo el oficio con rigor. 

La iconografía del macetero -no sólo los altavoces, para oír, el teclado, para escribir el reportaje y el artículo, sino sobre todo la cabeza, con los ojos que miran y la boca que habla, que dice lo que descubre, que es la caja sonora de todo el pensamiento y una reflexión de libertad- es tan dolorosa que hasta cuesta leerla, y también escribirla. Es como cuando secuestraron a Víctor Jara -que ayer aparecía por aquí- en el Estadio Nacional de Santiago de Chile y le rompieron las manos, con las que componía aquellas piezas breves, populares, que eran el regreso a la región del desfavorecido con hambre cultural, porque era la manera de dejar constado, ante quien pudiera presenciar ese momento atroz, y también ante él mismo, que le mataban precisamente por eso: por tener esas manos, por haber aprendido a deshacer una melodía bajo el ensueño utópico, para vestirlo de amplia posibilidad. Víctor Jara, con su tensión dramática -tan cercana a la compañía universitaria La Barraca, llevando el teatro del Siglo de Oro a la España profunda-, era una amenaza tan terrible que antes de asesinarle quisieron amputarle su razón de ser, la forma de llevar su canto al fin de la poesía en el plano de la realidad. 

Al asesinar a esta mujer brava, de 39 años, y hacerlo de esta forma, el mensaje está claro: cualquiera que denuncie, en México, a bandas criminales por las redes sociales, como hacía María Elizabeth Macías, puede acabar exactamente igual que ella. En estas redes sociales firmaba como La nena de Laredo. Denunciaba abiertamente a un grupo militar, esa misma gentuza que seguramente está detrás de su asesinato horripilante, y ha acabado igual que otros dos muchachos, asesinados y colgados de un puente por relatar los riesgos de la lucha estatal contra el crimen. La nena sigue viva en Internet, y su palabra es la prensa libre.

sábado, 17 de septiembre de 2011

La crisis del periodismo es de producto


Fuente rtve- Blog de Ciencia

Ya hemos recortado todo lo recortable, reasignado todo lo reasignable, reducido todo lo reducible. Hemos quitado, simplificado y despejado; hemos reprogramado, reajustado, minimizado y niquelado. Nuestros productos no tienen un gramo de grasa de sobra, y nuestros compañeros no tienen un minuto del día libre. El trabajo de los redactores lo hacen becarios, el de los redactores jefe, redactores, el de los subdirectores, redactores jefe; cuando no hacen becarios todos los trabajos, y aún se mantienen dobles estructuras de sueldo y condiciones entre unos y otros. Donde debía haber 15 haciendo el trabajo de 10 hay 5 haciendo el trabajo de 15, y ganando lo que debieran cobrar 2. No queda un coste por recortar, un recurso por aprovechar, un esfuerzo por exigir en el nombre de la empresa y la profesión. Y pronto no quedará un periodista por despedir.
Hemos regalado ejemplares, trapicheado sistemas de medición, lanzado ofertas especiales. Hemos devaluado los productos y las marcas, y vendido nuestra publicidad a precios de saldo. Hemos lanzado grandes y caros proyectos condenados al fracaso, y hemos participado de la colectiva borrachera de las finanzas, empeñando nuestras más importantes empresas hasta el mismo borde de la quiebra. O más allá. Lo hemos probado todo en muros, murallas, vallados, cercos, tapias, paredes, tabiques, cercados, alambradas, barreras fijas y móviles y otros dispositivos de control. Hemos cobrado, regalado, ofertado, vendido y revendido. Hemos demandado, amenazado, suplicado y hasta mendigado. 
No ha servido de nada. Nos hundimos. Ha llegado el momento de hacer lo que no nos hemos atrevido a hacer; de cambiar lo que nadie quiere plantearse siquiera cambiar. De plantar cara a la realidad.
Nuestro problema no es un problema de costes, y por tanto no se puede resolver recortando costes. Ni siquiera es un problema de modelo de negocio, y por tanto no se puede arreglar cambiando el modo de generar ingresos. Nuestro problema, damas y caballeros, es de producto. La gente ya no necesita diarios de 64 páginas, ni noticias 10 segundos antes que el vecino, ni informativos de 30 minutos. El público recibe demasiada información, está anegado de datos, y no necesita productos que incrementan la infoxicación que sufre, en lugar de aliviaría. Por eso los medios crecen, pero menos que la Internet en su conjunto; por eso perdemos terreno en el mundo de la información.
Porque nuestros productos ya no funcionan, estamos muriendo como industria y como profesión. Ha llegado la hora de reinventar el periodismo desde la raíz. Si es que queremos que sobreviva.
Tenemos que redefinir la noticia, el átomo de la información. Los valores de rapidez y exclusividad carecen de sentido en un entorno de sobreabundancia de información; ya no vale ser el primero, es más importante ser el mejor. No basta con contar lo que pasa; hay que explicar qué significa, de dónde viene, cuáles son sus consecuencias. Y para ello no hay que distinguir por secciones, o por formatos, o por medios; hay que usar todos los recursos disponibles y necesarios para contar mejor la historia. Hay que usar texto, fotos, vídeos, visualización de datos, geolocalización y enlaces en función de lo que queremos contar. Hay que replantear lo que ofrecemos, cómo lo fabricamos y de qué manera lo ofrecemos. Hay que acabar con las secciones y con los feudos, con las barreras entre soportes y con el tradicional reparto de funciones y tareas. Hay que inventar un nuevo núcleo informativo desde la necesidad del usuario y las herramientas disponibles. Y seguir haciéndolo según surjan nuevas posibilidades.
Tenemos que repensar, y rehacer, el diario generalista; entendido como paquete de información. La actual situación económica demuestra que este producto ya no tiene sentido desde el punto de vista financiero, porque la publicidad ya no necesita grandes audiencias al por mayor, sino segmentación cada vez más fina, y porque el lector puede seleccionar las mejores ofertas informativas de cada medio. Ambos desarrollos exigen que el paquete informativo esté compuesto únicamente por las mejores noticias y eliminan el valor de la subvención cruzada entre secciones. El medio futuro en la red no tiene por qué, ni puede, tratar todos los temas y cubrir todas las informaciones. La idea de contar el mundo al mundo para todo el mundo carece y de sentido. El diario generalista de audiencia general ha quedado obsoleto. El futuro son medios segmentados, de audiencias reducidas pero rentables, de redacciones pequeñas y de alcance informativo menor. Se ha terminado la era industrial de los medios; hay que regresar a los talleres de artesanos que fabrican noticias de alta calidad que no interesan quizá a todo el mundo, pero que son las mejores para aquellos que sí están interesados.
Si queremos que el periodismo viva tenemos que pensarnos seriamente cuál es la esencia del periodismo, y qué es accesorio. La noticia tal y como la conocemos, el diario y sus valores han formado parte central de lo que somos, pero no son la esencia de la profesión ni del papel social de nuestra industria. Para que sobreviva nuestra esencia hay que abandonar lo accesorio y abrazar lo importante, que es informar lo mejor posible. La alternativa es el olvido, y el empobrecimiento de la sociedad civil. No debemos permitir que esto suceda. O tendremos que responder de nuestro error ante el futuro.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Jon Lee Anderson: “Uno busca plasmar impresiones con un instinto de comunicar la realidad”

Jue, 15/09/2011
Luis Condori Huaquisto @sanzio9


Jon Lee Anderson(California, 1957) es quizás uno de los pocos reporteros que se atreve a recorrer los caminos más infames de la realidad, como bien lo ha relatado en su libro“El dictador, los demonios y otras crónicas”, así como inmolarse ante cualquier obstáculo para conseguir alguna historia.
Jon Lee Anderson: “Uno busca plasmar impresiones con un instinto de comunicar la realidad”
Y como bien lo dijera en una entrevista concedida al diario El País, él no se espera sentirse un “dinosaurio”.
“Espero no sentirme un dinosaurio, no me defino. Hago lo que hago y trato de seguir los instintos de lo que me apetece y me parece importante”.
La República.pe tuvo la oportunidad de conversar con él por un breve tiempo, ya que por su trabajo en Medio Oriente, cada segundo es crucial.
¿Cuál es la mejor arma de un periodista?
La Verdad.

¿Cómo se llega a eso, si en muchos casos puede primar la mentira?
Uno busca tener los sentidos abiertos para estar seguro de lo que uno está oyendo, viendo, y sombreando. Luego uno busca plasmar esas impresiones con un instinto de comunicar la realidad de la manera más imparcial al gran público.
¿Cree que los periodistas tenemos algún poder, o solo son creencias?
Tenemos, a veces, poder. Acuérdate de Woodward y Bernstein , que lograron que un presidente renunciara al cargo. Hay muchos otros casos, pero nunca es fácil.
¿Cómo ve el papel de la prensa en este siglo comparado al anterior?
Es más abrumadora y menos discriminada; sabemos más, aparentemente, pero esa información no cambia mucho. Ante la avalancha de noticias inspiradas en algoritmos y hechos posibles por la Internet, necesitamos de crónicas de profundidad y más periodismo de investigación.
Datos
Ha escrito artículos para el New York Times, Financial Times, The Guardian, El País, Harper’s, Time, The Nation, Life, Le Monde, Diario Clarín, El Espectador, etc. Forma parte del staff permanente del The New Yorker.
Jon Lee Anderson: “Uno busca plasmar impresiones con un instinto de comunicar la realidad”

martes, 13 de septiembre de 2011

El periodista es un maestro permanente de la sociedad: Manuel Jesús Orbegozo


EN TORNO AL PERIODISMO. UNA CONVERSACIÓN CON MANUEL JESÚS ORBEGOZO

octubre 1, 2010  
Hace seis años, entrevisté a Manuel Jesús Orbegozo para una revista universitaria. Ayer fue declarado profesor Emérito por la UNMSM en medio del afecto de numerosos exalumnos, y hoy  en el Perú se conmemora el Día del Periodista. Dos ocasiones propicias para dar  conocer sus reflexiones en torno a su dilatado ejercicio y las luces y sombras de la apasionante profesión. Una conversación serena y algo extensa entre dos amigos, colegas y compañeros de trabajo.

Nació en Otuzco, en 1923. Llegó muy joven a Lima, el periodismo lo atrapó, le permitió conocer a gente de los cinco continentes y llegar a la conclusión de que, como él dice,  todos estamos cortados por la misma tijera. Lo emociona recordar a la  Madre Teresa, atendiendo a moribundos en Calcuta o  limpiándoles las lágrimas y la saliva a los desfallecientes de Etiopía. Conoció a Lech Walesa cuando este salió de prisión;  entrevistó a Pol Pot  horas antes de que fuera derrocado. Asistió a citas con Gorbachov, Bush,  Juan Pablo II y Teng Siao-Ping. Conoció a poderosos después defenestrados como Bocaza, el “Napoleón” de Centroáfrica.  Entrevistó a Gagarin luego de circunvolar la Tierra y también a Ubilberto Vásquez  cajamarquino violador y asesino de una pastorcita quien,  fusilado, fue  convertido por el pueblo en un santo.  Conoció la humildad de grandes hombres como Hermann Trimborn  sabio arqueólogo alemán que se sintió honrado al ser entrevistado. Afirma resuelto “Pertenezco, a la fauna de ‘animales apasionados’ como llamaba a los periodistas, Amadeo Grados Penalillo. Estoy hecho de la misma carne y sangre y nervios de los periodistas que formamos la Generación del 50”.  


En sus más de cincuenta años de periodista ha  conocido la grandeza y la miseria humana y ha tenido tiempo  para reflexionar con hondura acerca de la actividad. Por eso  inicio el diálogo con Manuel Jesús Orbegozo, preguntando  si cree que el periodismo ha colaborado a mejorar o perjudicar el mundo y la percepción que tenemos sobre él.

Es una afirmación que habría que hacerse con cuidado porque entraña un cuestionamiento al papel del periodista, advierte quien obtuviera en 1955 el Premio Nacional de Periodismo.

Encuentra el peligro de culpabilizar a la actividad periodística  por los males de la sociedad y añade  que tal vez ha colaborado  pero no es la directa culpable. Después de cincuenta años – dice- tengo conciencia de que el periodismo ha contribuido  al deterioro en algunos aspectos pero son los políticos y los que dirigen los directos culpables.  

Nuestra conversación se realiza en momentos en los que el Líbano es bombardeado y como siempre ocurre en una guerra la búsqueda de la verdad se hace más ardua. Ingresamos al tema de la libertad.  No tanto el tema de la libertad de expresión  sino el de la libertad de pensar (Quienes me escuchan o leen saben de mi permanente preocupación por el tema. SLC).  Solicito su reflexión  y  responde con el recuerdo de cuando inició su labor, a inicios de los años cincuenta, en plena guerra fría y cuando, en su opinión, las fuentes periodísticas  empezaban a convertirse en mercenarias.

Los límites del periodismo
En la sociedad contemporánea un valor legitimado es que debe “divulgarse todo”   me interesa por eso su opinión acerca de la justicia de mostrarlo todo ingresando inclusive en la vida privada. Responde que  todo en la vida debe tener límites. Lo invito a precisar qué límites  debe tener el ejercicio periodístico.  Menciona la existencia de códigos de ética.

En la concreta práctica  los códigos y las declaraciones de principios  ¿para qué han servido? Repregunto.  Y acepta  que no han servido de mucho y es que “el hombre tampoco  hace caso a  las cuestiones que le ponen límites”. 

Entonces concordamos en que de nada sirven los dispositivos  o las leyes  si no hay una sólida conciencia moral  y añade “hay que tomar en consideración que los periodistas  siempre  servimos a otros,  a los empresarios, que son los que fijan reglas de conducta. Cuando esos empresarios son sicarios,  mentirosos, abusivos, avaros, hacen pecar al periodista. Y está  en nosotros, ahí sí,  confrontarlos de acuerdo  nuestra conciencia profesional.  Muchos  no lo hacemos  y muchos lo hacemos”.

Cómo puede sortear el joven  que se incorpora a una empresa de comunicaciones los problemas éticos, pregunto. Y desde su larga trayectoria responde con algo  que repite siempre a los estudiantes de la Escuela de Comunicación Social de la UNMSM: “Nuestra profesión es como cualquier otra pero nosotros  debemos dar un servicio público. Debes servir  sin que nada te remuerda la conciencia.  En tanto tengas esa tranquilidad de conciencia puedes trabajar en cualquier medio.  Cuando llega el momento en que el peso se hace insoportable, ahí debes renunciar”.

Pero no vas a negar- le digo- que existe el riesgo de la alienación consistente en que el periodista acepte  como legítimas cosas  que miradas desde la ética, no lo son. Hay un riesgo permanente, acepta. “Por eso habría que recomendar a lo jóvenes periodistas que hagan todo lo posible  para soportar hasta que su conciencia diga no. Servir hasta que sientas un rechazo, de asco, de cansancio  o de dolor íntimo  y renunciar a eso”.

Nos entrega luego un valioso testimonio: “Yo he servido a varios periódicos. He servido en La Crónica, donde me inicié, he servido en Expreso. En El Comercio trabajé 32 años, en El Peruano, cuatro años,  y luego en Expreso otra vez.  En ningún medio en los que trabajé  yo pude expresar mis ideas. En ninguno,  porque todos los periódicos tienen  sus límites”.

La pasión de un reportero
  “Siempre fui un reportero apasionado”, declara  y por eso lo invito a un rápido recuento. “En el periódico que más disfruté mi vida profesional  fue en El Comercio. Mis éxitos están en la gran experiencia que me dieron los viajes.   No en el número. Siempre dicen “nueve vueltas al mundo” lo cual es cierto  pero no es eso  lo importante para mí sino la experiencia que recogí. Yo he llegado a  lugares asolados por epidemias,  a territorios en  conflictos bélicos y he visto de cerca los conflictos humanos”.

Este recuento me lleva a pedir su opinión acerca de la insistencia del periodismo en informar  sobre guerras y conflictos. En su opinión, desde la noche de los tiempos hay grandes conflictos y luchas. Y concordamos en que hoy los medios de comunicación tienen la posibilidad tecnológica de ser vehículos de entendimiento y de paz  que no llegan a concretarse debido a múltiples circunstancias.

Hablar del avance tecnológico lo entusiasma  y recuerda “hace 50 años no teníamos  todos los instrumentos  que tenemos ahora para poder comunicar”. Aquí tengo otra pregunta acerca de la innovación tecnológica  que al parecer no está acompañada de un crecimiento en  la conciencia de los  comunicadores.

“Te voy a contestar con algo que siempre digo  a  los estudiantes – responde- algo que me gustaría  que lo tomaran como un lema. El periodista debe ser eminentemente técnico, eminentemente ético y eminentemente humano  si esas tres  condiciones se consiguen  estamos hablando de un periodista cabal.  Creo que el periodista deber ser profundamente humano”. 

Refiere que se halla escribiendo un artículo en torno a un publicitado caso de un perro que había atacado a un asaltante. Le parece equivocada y exagerada la defensa del perro porque considera  que la vida humana será siempre más importante que todo lo demás.  Ante este ejemplo, le hago notar que cualquier tema puede tornarse importante si se lo aborda con hondura, por eso pido su opinión acerca del peligro de calificar un tema  a priori  de poco o nada interesante.

“Hace un rato te comentaba que en ningún diario pude expresar plenamente lo que yo quería, recuerda. Por ejemplo, mientras escribí en El Comercio, pese a que admiraba a la revolución cubana, en tanto una  gesta importante,  nunca pude escribir en esos términos. Hoy en mi blog, sí escribo con toda libertad”.

Sus ochenta años cargados de experiencias sirven para ilustrar nuestra conversación. Así recuerda  que cuando trabajaba en La Crónica se convirtió en uno de los más reconocidos periodistas  por su labor desarrollada con gran vocación  lo que le granjeó un  gran afecto de parte de los dueños hasta el momento en que se afilió, como uno de los fundadores al Movimiento Social Progresista, en el que también se encontraban Augusto Salazar Bondy, Alberto Ruiz Eldregde, Alejandro Romualdo, entre otros. Recuerda que lo llamó Manuel Cisneros Sánchez mortificado por su presencia en un movimiento considerado enemigo. El respondió que seguiría en el movimiento y que eso no sería obstáculo para también seguir trabajando con lealtad en el periódico en el que se había formado. Pero a los ocho días lo despidieron.  Demostración de los límites del ejercicio profesional del periodista.

La docencia
Manuel Jesús Orbegozo no solo es reconocido como uno de los grandes del periodismo sino como maestro de comunicadores. Y él da  gracias a la vida porque la ocasión  de ser profesor.

Y nos comenta que muy joven fue profesor de inglés.  Pura vocación docente que lo llevó a desempeñarse sin haber estudiado  ni docencia ni periodismo. Recuerda que, un día de 1968, lo  llamaron para que enseñara en  San Marcos. Tenía solo tres alumnos y recuerda que entre los profesores también se encontraba el poeta Alejandro Romualdo.

Acerca de su labor docente remarca que enseña con más amor que sabiduría, con pasión personal y paternal y en base a la experiencia que le da sus idas y venidas por tantos territorios recorridos y circunstancias vividas. Precisa que no explica teorías  sino que comparte su conocimiento del mundo y del país recorrido de palmo a palmo, viendo de cerca diversas circunstancias y personas de toda condición. El reconocimiento de los jóvenes queda expresado de manera contundente: Es padrino de 13 promociones, cinco promociones de comunicadores llevan su nombre, una en San Marcos,  tres en Trujillo y una en Huancayo. Legítimamente complacido afirma que siente haber contribuido en la formación de todos ellos. Honor al mérito.

En torno a los atributos que debe tener un maestro de comunicadores es enfático al señalar “Lo ideal sería que fuéramos éticos, eminentemente técnicos y eminentemente humanos. Tenemos la obligación de conocer más que las gentes a las que estamos enseñando. Mientras más cultura tengamos, más amplios conocimientos tengamos, seremos mejores profesores. Es un hecho. Y en primer lugar pongo lo humano”.

Y como a cada paso llega nuestra conversación la palabra ética me animo a preguntar acerca de la forma en la que la Ética debe estar en la formación de los comunicadores, como un curso? Seminarios? O como reflexión permanente en  un conjunto de materias? En su opinión lo importante es que no se presente como una abstracción. Y coincidimos en que puede resumirse en la exigencia de no hacer a otro  lo que no se quiere para uno mismo. Por  ello, comenta,  se dedica con frecuencia a analizar con los estudiantes las informaciones cotidianas, en especial los titulares escandalosos que no respetan el dolor ajeno,  a fin de propiciar la reflexión sobre las fallas éticas.

 Comunicar en un país diverso  y complejo
 Le pido que abordemos el significado de ser comunicadores en un país tan diverso y complejo como el nuestro.  Su respuesta es rápida. “Pones el dedo en la llaga.  El Perú es complejo y como tú lo sabes perfectamente  y yo lo escribo muy a menudo hay una  gran discriminación racial.  Nunca olvidaré a María Rostworowski y al padre Felipe  Mac Gregor cuando decían que en nuestro país había más aparthei que en Sudáfrica”. Y es un racismo múltiple, acoto por mi parte. Sí –responde- y eso no nos permite avanzar como nación. Todavía no somos una nación.

 El  mensaje periodístico
Manuel Jesús Orbegozo está convencido que el  periodismo debe informar, opinar y también enseñar porque el periodista es un maestro permanente de la sociedad. Por eso reclama al periodista la más clara conciencia del efecto que su mensaje tiene en la sociedad. 

“Si escribes una sandez  vas a sembrar una sandez en el público”.

Hablemos de las características de los mensajes  en un contexto de grupos humanos tan diversos, le sugiero.

Antes de responder se acerca a un estante de su nutrida biblioteca y extrae un ejemplar de La Abeja republicana  y lee unas líneas acerca de la necesidad del lenguaje sencillo como que “no escribimos para los  sabios sino para el pueblo”. Mira qué sabiduría, me dice. Si tan solo aplicáramos los principios de la sencillez, la precisión y la brevedad ya estaríamos aportando un beneficio  a la sociedad.  Ahora, en torno a los temas  estamos en un disparadero con respecto al periodismo que se ocupa temas tan superficiales, lamenta.

Fotografiar la muerte
 Le hago notar que es un fenómeno mundial el privilegiar el espectáculo por encima de todo. Y como ejemplo de la forma en que el vértigo de la actividad periodística  puede envolver al más lúcido profesional, me revela:

“Te voy a contar una experiencia. Justamente informando sobre el hambre de Etiopía  coincidí con un periodista  mejicano, Fuentes. Era un infierno, la gente se moría. Cinco mil personas morían todos los días. Cuando entramos a una carpa repleta de moribundos,  vi una señora que tenía un hijo muerto y otro moribundo en brazos entonces se nos ocurrió pedirle sus declaraciones. Mientras hablábamos el niño que tenía en brazos murió. Yo atiné a fotografiar la muerte del niño  y cuando volteé  para ver a mi amigo y decirle que había tomado justo el momento de la muerte,  lo encontré llorando. Fue un golpe muy duro para mí porque yo estaba entusiasmado por la fotografía. ¡Y se trataba de un niño que estaba muriendo! Por eso te digo que no hay perfección, todos nosotros hemos pecado. No hay nadie que pueda tirar la primera piedra. Cuando vi llorando a mi colega, me humillé, me sentí descorazonado”, dice mientras me muestra el reportaje y las fotos publicadas en  El Dominical de El Comercio en 1991.

¿Qué es la vida?
 Manuel Jesús, ha informado sobre conflictos y catástrofes que han conducido a  la  muerte a muchas personas. Cubrió la guerra de Vietnam y ha estado varias veces en el incendiado Medio Oriente; en los campos de refugiados del África y en escenarios bélicos diversos. Por eso le pregunto ¿Qué es la vida? “Como dice el poeta, tal vez una ilusión.  Una ilusión”.  ¿Que siempre vale  la pena? “Claro! Todo humano quisiera vivir más y más”.

¿Y qué es la vida para un periodista?  “Un hecho” responde rápidamente y luego reflexiona: “El periodista ve hechos. Y cualquier hecho desde el nacimiento hasta la muerte es para él un acontecimiento.  Por otro lado, siempre ha habido muertes masivas  por conflictos ocasionados por los hombres. Incluso en la Biblia han quedado registrados. La muerte va de la mano con la vida”.

Los escenarios y la mirada
 Los viajes nos llenan el recuerdo de escenarios. En la memoria de Manuel Jesús Orbegozo lugares y circunstancias se aúnan, por eso  explica “He conocido las más grandes obras hechas por el hombre. He visto  el Coliseo de Roma, la Torre Eiffel, la Catedral de Colonia, pero al mismo tiempo,  las miserias en los extramuros de todas las ciudades del mundo, el horror de las guerras como la de Biafra, la de Iraq y la del Medio Oriente”.

“He testimoniado infinidad de hechos grandes y pequeños, tórridos y glaciares. Nunca puse atajos a mi trabajo” declara. Imposible registrar sus publicaciones en diarios y revistas, baste mencionar que es autor de numerosos libros entre los que destacan Reportajes (1958),Reportaje a China (1972), Tian Anmen: la otra cara de la medalla (1989), Entrevistas: hombres y hechos del mundo (1989),  Entrevistas. Mujeres y hechos del mundo  (1999),Periodismo: texto de teoría y práctica (2000), MJO Testigo de su tiempo (2006) y Vallejo periodista  (2006).

Personas inolvidables
 Casi no ha habido un líder político o religioso, personaje de la cultura, las artes, los deportes o la ciencia del siglo XX y lo que va del XXI, que no hayan sido entrevistados por Manuel Jesús Orbegozo. Es interesante, por ello, saber a quiénes no olvida ¿Quiénes dejaron una huella intensa en tu vida, ya se trate de personajes reconocidos o simplemente personas con las que hayas compartido algunas experiencias?

“No sé cómo irá a sonar esto, pero  mira,  mi madre. Ella, en mi infancia, me enseñó a disfrutar la lectura.. Con ella yo leí, como lo recordé hace unos días en Trujillo, las obras de Valdelomar, Jorge Isaac, etc.  Mi padre tenía otro carácter. Hombre probo, ejemplar, pero más distante de la poesía o la música. Mi madre tocaba bellamente la guitarra por música. Yo tuve un tío que era creador y ella tocaba. Mi madre es inolvidable”.  Otro personaje es la  Madre Teresa de Calcuta y el ejemplo de su especial caridad. La conocí en Calcuta, una ciudad muy pobre cuando yo la visité hace treinta años. Ella y sus monjitas salían a las calles a recoger moribundos con una frase de Madre Teresa ‘Si vivieron indignamente por lo menos que mueran dignamente’. Luego la vi también en el desierto del Sahara y en Etiopía  ayudando a bien morir, atendiendo con gran ternura a los más humildes. Otro tipo de caridad. No aquella que se contenta con dar limosnas. La caridad entregada en estas circunstancias es conmovedora!”

“Una persona que también me conmovió y voy a recordar siempre es Ernest Hemingway. Su trato era contagioso. Para nosotros los periodistas lo que más nos conmueve es finalmente es la calidad humana de los personajes y no solo la sabiduría  porque yo he estado frente a sabios que me han dejado indiferente. Por ejemplo, cuando entrevisté a Oswaldo Guayasamín le pregunté por los pintores más grandes y me contestó “Picasso, Dalí y yo”. Al redactar la  entrevista hablé de su soberbia. En cambio, Hemingway   sí transmitía una gran calidad humana”.

Finalmente menciona la impresión que le causó Mao Tse Tung y recuerda detalles del brevísimo encuentro:

“Tuve la suerte de verlo la última vez que salió a una ceremonia pública. Fue el 1 de mayo de 1971. Un millón de personas lo esperaban y yo estaba en la mesa de honor, donde me pusieron porque Dios es grande, el dios chino.  A las diez en punto sonó el reloj  y se produjo un ruido estremecedor: Se asomaba Mao a la celebración. Su presencia me impresionó  tremendamente a pesar que solo lo saludé”.
   
Ante el relato de una aparición tan espectacular, me animo a indagar  su opinión sobre los riesgos del culto a la personalidad de un líder. “En ciertos momentos yo creo que es válido políticamente. Sin exagerar  Sin llegar a la adoración”, es su respuesta. Luego pondera la situación china a la luz de lo que él conoció “Tú sabes que escribí un libro sobre China que no tenía nada que ver con la situación que se vive hoy. En ese tiempo, según mi guía, los chinos ahorraban un dólar por día porque el presidente Mao así lo ordenaba  y hace poco leí la noticia de que en China hay  50 millones de millonarios. Cuando yo visité China, ni soñar que hubiera un chino millonario. Entonces, lo ocurrido es un fenómeno que la historia deberá dilucidar. En principio ya no hay el socialismo que yo creía ver. En el 71  había atisbos de socialismo que me enternecían. Ahora hay prostitución, mendigos, todas las lacras  la contraparte es que hay muchos ricos, millonarios que tienen avión propio. En aquellos tiempos  no había más que esperanza.”.

Volvemos a sus personajes inolvidables y me cuenta que conoció a José María Arguedas a quien acompañó en varias ocasiones a visitar al violinista Máximo Damian. Oportunidades en las que vio al narrador  disfrutar de las piezas musicales, los platos típicos y la conversación en quechua. Recuerda que poco antes de su muerte le concedió una entrevista.

La brillante Generación de los años 50′
Entre sus recuerdos más entrañables también menciona la amistad con poetas y narradores de la brillante generación de  los años 50’. Los nombres de Alejandro Romualdo, Augusto y Sebastián Salazar Bondy  y Washington Delgado vienen pronto a su emocionado recuerdo. Y me confiesa que su ingreso al periodismo fue, al igual que otros muchos, por la literatura: “Yo publicaba en un diario de Trujillo pero cuando llego a Lima y me junto con este grupo ellos piadosamente me convencieron que yo no había nacido para la poesía. Entonces tomé el camino del periodismo”.

Remarca con orgullo su pertenencia a la generación; “Los periodistas del 50 pertenecemos a una generación singular. Todos hemos trabajado lo mejor que hemos podido, cada cual en el puesto que le tocó desempeñar. Yo tuve más suerte que otros, acaso porque viajé mucho más en mi país y por el mundo”.

La belleza de la expresión
Ambos reconocemos la estrecha vinculación del periodismo con la literatura y el maestro Orbegozo piensa que es una pena que no se practique más el periodismo literario, el que se ejerce buscando un estilo atractivo por la belleza de la expresión, aquella que pueda ser captada por cualquiera  que tal vez no pueda adquirir un libro.

Ahora el  periodista enfrenta el riesgo de la vulgaridad y la competencia se torna caníbal por eso también cree en la necesidad de la agremiación de los comunicadores.

Está por finalizar nuestra conversación y se anima a leer un poema de su autoría. Es una larga meditación y me quedo con estos versos:

“Esta es mi vida/ la misma que construí / con mis cinceles rústicos” 

De no haber sido periodista, Manuel Jesús  ¿qué te hubiera gustado ser?
“Poeta. Sí poeta, la poesía me encanta”.

Dios y el final
Hace un momento, dijiste  “Gracias a Dios”. ¿Eres creyente?

“Tengo  dudas sobre Dios. Sobre todo cuando recuerdo las desdichas que he visto con mis propios ojos.  He visto morir a cientos de niños exterminados por el hambre y Dios no se acordaba de poner unas nubes sobre esos territorios para que llegara la lluvia que terminara con las sequías.   He visto graves  cosas que me hacen preguntarme ¿dónde estás Dios? ¿Si   existes, por qué te olvidas de nosotros?  No sé qué va a pasar conmigo el día que me vea frente a la muerte. De repente voy a hacer mío lo que dijo alguien – no recuerdo el nombre-  “Yo no le tengo miedo a la muerte pero lo único que quiero es que cuando venga, no me encuentre”.

Grandes preguntas. No tenemos tiempo Manuel Jesús para siquiera intentar responderlas. 
“Ah  el tiempo. Creo que el peor enemigo del hombre es el tiempo. Es un enemigo implacable”.

Esta tarde el tiempo ha transcurrido imperceptible entre libros, fotografías, miles de recortes, medallas, diplomas, búhos y otros recuerdos de viaje. Afuera  ya es noche.

Agosto 2006
Entrevista publicada en la Revista ComUNIFÉ de la Universidad Femenina Sagrado Corazón.  Enero – Diciembre 2006

Con Manuel Jesús Orbegozo. En La Casona de San Marcos, 30 de setiembre 2010.