martes, 25 de enero de 2011

20 años sin Diana Turbay Quintero

24 Ene 2011 

Una periodista en la memoria

Fuente: El Espectador de Colombia

Por: Redacción Judicial
El 25 de enero de 1991, en un fallido operativo de rescate, fue asesinada por el narcotráfico la periodista Diana Turbay Quintero.
Diana Turbay Quintero
Foto: Archivo - El Espectador
Este martes se cumplen 20 años de la trágica muerte de Diana Turbay.
Su trágica muerte fue uno de los desenlaces del siniestro plan que desarrolló el entonces jefe del cartel de Medellín para doblegar al Estado y la sociedad a sus antojos judiciales. Un plan que precisamente empezó con el secuestro de Diana Turbay el 30 de agosto de 1990, cuando engañada con el señuelo de una supuesta entrevista con el máximo comandante de la guerrilla del E ln, el cura Manuel Pérez, fue hecha cautiva junto con un equipo de periodistas y camarógrafos del noticiero de televisión Criptón y la revista Hoy por Hoy.Hace 20 años, a las 4:35 de la tarde del 25 de enero de 1991, los médicos del Hospital General de Medellín reportaron una noticia que en su momento enlutó al periodismo colombiano: la muerte de Diana Turbay Quintero, quien horas antes había resultado gravemente herida en un errático operativo de rescate del Cuerpo Élite de la Policía, en una finca ubicada en la vereda Sabaneta, del municipio de Copacabana (Antioquia), donde la comunicadora permanecía secuestrada por hombres al servicio del narcotraficante Pablo Escobar.
El gobierno de César Gaviria llevaba apenas 23 días y, presionado por el narcoterrorismo de Pablo Escobar, sus socios y sus secuaces, le daba forma a la política de sometimiento a la justicia, a través de la cual planteó la rendición de los narcotraficantes, a cambio de sustanciales rebajas en sus procesos penales y la garantía de no ser extraditados a Estados Unidos. Pero Escobar tenía su propia estrategia y además de secuestrar a Diana Turbay y sus cinco acompañantes, en pocos días multiplicó el número de víctimas de su chantaje.
El 19 de septiembre sus sicarios secuestraron al entonces jefe de redacción del periódico El Tiempo, Francisco Santos Calderón; ese mismo día hicieron cautiva a Marina Montoya de Pérez, hermana del entonces secretario general de la Presidencia Germán Montoya; y el 7 de noviembre, en Bogotá, secuestraron a la esposa del representante a la Cámara Alberto Villamizar y cuñada de Luis Carlos Galán, la entonces gerente de Focine, Maruja Pachón de Villamizar. Con ella fue plagiada su cuñada Beatriz Villamizar.
 Con este grupo de secuestrados, Pablo Escobar Gaviria demostró que lo suyo iba más allá de la negociación y que tenía poder para presionar al Estado. En ese contexto el gobierno Gaviria expidió el Decreto 2047, en el que planteó a ‘Los Extraditables’ su rendición a cambio de rebajas penales. En busca de una norma jurídica aún más amplia, Escobar prosiguió en su chantaje a cuentagotas, liberando poco a poco a los compañeros de cautiverio de Diana Turbay y simultáneamente amenazando con la ejecución de los cautivos ilustres.
El gobierno Gaviria intentaba negociar, al tiempo que le daba autorización a la Fuerza Pública para que no cediera ante el cartel de Medellín. En ese forcejeo se produjo la doble tragedia. En la madrugada del jueves 24 de enero de 1991, con la cabeza cubierta con una capucha y seis disparos en el cráneo y el rostro, aunque sólo fue reconocido días después, fue encontrado el cadáver de Marina Montoya. Y al día siguiente, viernes 25, cuando la Policía intentaba rescatarla, uno de los sicarios de Escobar hirió de gravedad a Diana Turbay. Un disparo en la espalda acabó con su vida.
Han pasado 20 años y doña Nidia Quintero, madre de Diana, así lo recuerda: “El día anterior me fui para Tabio a descansar y antes de caer la noche le encomendé mi hija a la Virgen. El viernes 25, antes del mediodía, llegaron a la casa los escoltas del doctor Julio César Turbay y me dijeron que Diana había sido liberada. Les respondí desde el corazón: ¡La mataron! Ya en el carro de regreso a Bogotá supe que estaba gravemente herida y en el Hospital de Medellín, indignada y adolorida, contemplé su cadáver aún con un tubo de oxígeno”.
Horas más tarde dio una rueda de prensa, donde pronunció unas duras palabras que quedaron en la memoria: “Yo pienso que la muerte de Diana no sólo es consecuencia de la criminalidad, de la guerra desatada, de la insensibilidad e insensatez de las personas que se llaman extraditables y tenían a los periodistas retenidos, sino que en igual proporción es responsable el Gobierno y el señor Presidente, porque con indolencia y casi con frialdad e indiferencia desoyó las críticas que se le hacían para que fuesen rescatados o no fuesen puestas en peligro las vidas de los secuestrados”.
Hoy, doña Nidia sostiene que no guarda rencores, que pudo hablar largamente con el entonces presidente Gaviria, que tiene la certeza de que en aquella época los cuerpos de Policía no estaban preparados para esta clase de rescates, pero que igual lo único que le duele es que el proceso penal por el crimen de su hija haya quedado impune. Aún así, la familia también decidió dar por cancelado este capítulo. Sólo quieren recordar a Diana como la extraordinaria hija, madre, hermana y esposa, y también como la valiente periodista que murió en su empeño por buscar la paz.
 Lo demás es la memoria sin dolientes. Cuatro días después de la muerte de Diana Turbay, el gobierno Gaviria expidió el Decreto 303, el tercero de la política de sometimiento, que le permitió a Pablo Escobar entregarse bajo sus exigencias. En las siguientes semanas, poco a poco empezó a liberar a los demás secuestrados, y la tercera semana de junio, con todos sus lugartenientes, se fue a vivir a una cárcel diseñada y controlada por él. Ese mismo día,  la Asamblea Constituyente prohibió la extradición de colombianos.

“LA GENTE ESTÁ OLVIDANDO QUE CROUSILLAT Y SCHUTZ ERAN HOMBRES DE FUJIMORI"


Enero 24, 2011
Fuente:
Diario16

¿Qué tan grosera fue la propuesta que le hicieron en Panamericana Televisión?

No fue grosera, fue más bien transparente. Ernesto Schutz Freundt es una persona muy caballerosa y delicada, y tiene el virtuoso vicio de la sinceridad. Cosa rara en el Perú, porque la mayoría de la gente encubre sus objetivos y trata de dorar la píldora. Él me habló concretamente sobre cuáles podrían ser los parámetros del programa, y uno de esos parámetros era no meterse con el presidente (Alan García), por la situación delicada en que estaba el canal, cosa que ya era bastante inaceptable. Y no meterse, era ‘no meterse’, en definitiva y en lo absoluto. Y el otro parámetro era demoler a Toledo, todo lo que se pudiera. Hacer una campaña en contra de Toledo, quien es para ellos la bestia negra, el indeseable, el tipo que llegará para vengarse y al que, por tanto, hay que impedir que llegue. En medio de esos dos parámetros había una serie de otras cosas y me di cuenta que detrás de todo, implícito, estaba un apoyo probable a Keiko Fujimori.

 ¿No se lo dijeron directamente?

No, pero por lo conversado lo pude deducir. Si no era Keiko Fujimori podría ser Luis Castañeda como una opción del mal menor, pero la gran opción era Keiko. Después de la conversación me incliné a pensar que no iba a haber otra. No podía imaginarme siquiera que Federico (Anchorena), quien es mi amigo y que me conoce, pudiera pensar que yo iba a aceptar, ya no digo esos parámetros, algo que remotamente se les pareciera.

 Sorprende mucho que a un periodista como usted le hagan ese tipo de propuestas…

Sí, me sorprendió muchísimo, pero quizá creyeron que yo estaba urgido, necesitado, con síndrome de abstinencia televisiva, deseoso de salir en pantalla a como diera lugar. Cometieron un error.

 Cuando le dijeron que no se meta con el presidente García, ¿exactamente a qué se referían?

No atacarlo, no referirse a él en términos negativos por ninguna razón. Yo, lo que sospecho es que Ernesto (Schutz) nunca me ha leído porque en este semanario (Hildebrandt en sus trece) decimos cosas de García, cosas muy severas. Se explica esto porque el canal depende en este momento de Indecopi y de la Sunat.

 Hay intereses y miedos al mismo tiempo…

Por supuesto, interés, pero sobre todo miedo. Miedo a represalias, miedo a que el señor García levante el teléfono; llame a Nahil Hirsh y le diga: ¡cobre!, ¡cobre usted! Y se acabó el (Canal) 5. O le dijera a Indecopi: el proceso concursal ¡no va!, y se para y colapsa Panamericana.

Panamericana tiene esa amenaza latente…

Estoy seguro, no tengo la menor duda. Y en el caso de Toledo yo noté un odio particular, profundo.

¿Por qué cree que existe ese odio?

No indagué demasiado sobre ello, pero evidentemente tenía que ver con la actitud de Toledo en relación a Schutz Landázuri. Ellos dicen que fue una actitud despreciable porque quiso negociar, quiso hacer algo turbio, ellos no aceptaron. Ese es el argumento, en todo caso. Pero a Toledo, el 5 le teme y lo odia a la vez. Sí va a haber una campaña dura contra Toledo, ya se sabe por qué pantalla va a salir.

¿Le explicaron a qué tipo de negocios se referían?

Que Toledo propuso algo, como una suerte de canje de favores que ellos no aceptaron. Esto suena un poco mítico, fabulado, porque en las circunstancias en que estaban, con un tipo que había recibido diez millones de soles en un maletín y que había dicho: “qué canalazo que te llevas”, ¿qué negociación podría haber?, ninguna. Excepto una negociación con la Interpol. Con un tipo como Schutz Landázuri qué otra cosa se puede negociar.

 ¿Todo esto podría ser una orden de Alan García?

No. Lo que creo es que todo esto es una orden de Schutz Landázuri desde Suiza. Alguna gente de mucha cercanía con el canal me ha dicho que Schutz Landázuri a veces interviene en algunas reuniones por la bocina del teléfono desde Suiza. Esto explicaría el odio hacia Toledo. Schutz Landázuri es un prófugo que quiere regresar. Ha hecho su vida allí, pero está muy infeliz. El Perú al final es su país.

Y un gobierno de Keiko Fujimori le abriría las puertas para su regreso, obviamente…

Un gobierno de Keiko sería el suyo y no haría sino extender el indulto, o la amnistía o la prescripción a todos aquellos que colaboraron con el gobierno de Fujimori. La gente está olvidando que Crousillat y Schutz eran hombres de Fujimori. Que Genero Delgado Parker, cuando me echa a mí y me vende, era un hombre de Fujimori. La gente olvida que Julito Vera, cuando cobra sus 50 mil dólares mensuales, era hombre de Fujimori. El triunfo de Keiko es un sueño dorado para ellos. Qué mejor, regresan los colaboradores, aquellos que se jugaron el ‘pellejo’ cobrando mucho dinero por entregar sus canales. Mendel y Samuel Winter eran editorialistas del señor Fujimori. Usaban a Guillermo Thorndike, pero ellos eran los que habían firmado el contrato. La gente olvida que la televisión estaba podrida por Fujimori.

¿Le mencionaron algunos casos concretos para atacar a Toledo?

No. No me mencionaron ninguna agenda. Lo que me mencionaron es que para Toledo nada, excepto si hay algo en contra de él. Nada a aquello que pudiera favorecerlo y todo a aquello que pudiera perjudicarlo. Días atrás había salido una durísima entrevista que Jorge Mufarech concedió a Augusto Thorndike, en donde Mufarech había acusado a Toledo de algo muy grave relacionado con Panamericana o con algún canal de televisión. A la semana de esa entrevista, Ernesto Schutz Freundt va a mi casa. Cuando me estuvieron llamando, hablé con una persona que trabaja en el canal y le expliqué que era imposible que yo acepte algo, porque íbamos a terminar peleándonos ese mismo día. Voy a firmar un contrato por dos horas, le dije. Y esta persona me confirmó que existían muchas presiones. Rosana Cueva se ha peleado varias veces con los directivos del canal. Me dijo que en ‘24 horas’ no había problemas porque es el vocero del canal.

Y ahí está el hijo de Thorndike

Sí, ahí está Augusto haciendo honor a su nombre: está ‘a gusto’. Cada uno es dueño de su reputación y su chamba.


La muerte del reportero inspira un seminario y una demanda


Por Susan Kinzie
Washington Post Staff Writer 
Jueves, 18 de diciembre 2008


Durante más de un año, un grupo de estudiantes de la Universidad de Georgetown ha estudiado detenidamente documentos, ha efectuado la búsqueda de números de teléfono móvil de los sospechosos de terrorismo y llamado a la policía paquistaní en medio de la noche. Ahora su proyecto de clase ha llegado a esta conclusión: demandar explicaciones a la CIA y el FBI.

La tarea de los estudiantes era averiguar quién mató al corresponsal del Wall Street Journal,  Daniel Pearl, y por qué. Aunque la clase terminó en la primavera pasada y se graduaron muchos de los estudiantes, todavía están tratando de finalizar la investigación propuesta. 

Pearl desapareció, mientras realizaba informes en Pakistán en el 2002. Un video entregado al FBI mostró su decapitación.

 El grupo, conocido como el Proyecto Pearl y que ahora se atribuye a la organización sin fines de lucro Centro para la Integridad Pública, presentó una demanda en la Corte de Distrito de EE.UU. para pedir la liberación de los registros de la CIA, el FBI, Departamento de Defensa y cinco agencias federales.


Los miembros del grupo están buscando, entre otras cosas, los archivos del FBI sobre el terrorista convicto Richard Reid. Pearl realizaba un reportaje acerca de Reid y su controlador de Pakistán cuando desapareció. Ellos esperan que la demanda de documentos lleve a descubrir nuevas fuentes a tiempoy asi terminar su trabajo a finales de esta primavera.

"No es sólo una historia muy personal... es una historia realmente pertinente a los eventos actuales y, así, para la humanidad", dijo Rebecca Tapscott, una graduada en 2008.

La idea de la clase se inició en el verano de 2002, después que cuatro hombres fueron declarados culpables en Pakistán en relación con la muerte de Pearl. Una vieja amiga de Pearl, Asra Nomani, con quien Pearl se alojaba cuando desapareció, sospecha que más personas estaban involucradas. Sabía, por ejemplo, que un hombre que llevó a la policía el cuerpo de Perla, que se encontraba fuera de Karachi, habría sido uno de los guardias que lo asesinaron. Pero él nunca fue acusado.

Nomani, ex reportera del Wall Street Journal, y Barbara Feinman Todd, una decana asociada de la universidad de Georgetown, creó un seminario de periodismo en 2007 para investigar la muerte de Pearl y escribir la historia del por qué fue secuestrado. También querían saber más acerca de las células terroristas, los esfuerzos de lucha contra el terrorismo y la complicada relación entre Estados Unidos y Pakistán.

En los primeros días de la clase, Nomani informó a los estudiantes de su larga amistad con Pearl, un músico que estuvo con ella en los bares Adams Morgan después de las jornadas de  trabajo en la década de 1990. 

Pidió a los alumnos, una mezcla de estudiantes y graduados, hablar de sus propios recuerdos de los atentados 11 de septiembre 2001.


La clase inmediatamente se sintió diferente - más emocional, con más peso; los estudiantes dijeron: "No estábamos sentados frente a una lectura de libros de texto sobre el caso de Danny Pearl". Erin Delmore, un graduado de 2008, afirmó:"Estábamos en la misma cabeza de él."

En 2002, Ahmed Omar Saeed Sheikh fue declarado culpable de planear el secuestro y asesinato de Pearl y fue condenado a muerte. Otras tres personas fueron condenadas a cadena perpetua. Cuando comenzó el juicio, los funcionarios paquistaníes dijeron que otros siete sospechosos seguían en libertad.

En una audiencia de 2007 en la Bahía de Guantánamo, Cuba, donde se encuentra recluido, Khalid Sheik Mohammed, el presunto cerebro de los ataques del 11 de septiembre 2001, dijo que mató a Pearl. "Yo decapité con mi bendita mano derecha la cabeza del Judio americano Daniel Pearl, en la ciudad de Karachi, Pakistán", admitió.


Mucho se ha escrito sobre la muerte de Pearl, incluyendo los libros de su esposa, Mariane Pearl, y el escritor francés Bernard-Henri Lévy.

A pesar de Mohommed "ha confesado el crimen, no ha habido ninguna prueba que corrobore esta afirmación ante el público", escribió Todd en un e-mail. "Uno de los objetivos del Proyecto Pearl es establecer si existe alguna evidencia que vincule a Mohammed al asesinato. Incluso si se establece de manera concluyente que participó en el asesinato de Danny, habría tres asesinos y queremos establecer la identidad de los otros dos."

La clase fue diseñada para funcionar como una sala de redacción, con 32 estudiantes que presentaban informes durante más de dos semestres ,haciendo un paralelo a los trabajos de investigación de el FBI y la inteligencia paquistaní. Los estudiantes aprendieron a verificar la identidad y rastrear a las personas. Ellos lograron encontrar los domicilios de los sospechosos y hablaron con las familias. Pero seguían golpeando las paredes.

Apelaron a la Freedom of Information Act, una ley de 1966 que obliga a las agencias del gobierno a revelar los documentos requeridos a menos que hayan sido retenidos por razones que incluyen la seguridad nacional y privacidad. Pero el gobierno puede negarse a confirmar o negar que existen registros. Los retrasos son comunes.

Los estudiantes presentaron decenas de peticiones, entre ellas una con el FBI para las comunicaciones y documentos relacionados con la confesión de Mohammed, con la esperanza de encontrar pruebas que corroboren la misma.

La respuesta del FBI, de acuerdo con la denuncia, fue que la Mesa no pudo procesar la solicitud sin una renuncia de privacidad firmada de Mahammed.

Todd sostiene que la privacidad de Mahoma es claramente superada por el interés público.

El portavoz del Departamento de Defensa, Bryan Whitman,escribió en un correo electrónico que "el Departamento se esfuerza por encontrar el equilibrio adecuado entre la transparencia en nuestras operaciones, al tiempo que se protege la información sensible crucial para la seguridad nacional. Dado que el Proyecto Pearl tiene  activos pendientes con la oficina de FOIA, sería inapropiado discutir detalles específicos de la solicitud. "

Según la denuncia, el FBI dijo que Todd necesitaba una excepción de la privacidad de Reid, quien intentó hacer estallar un avión de pasajeros sobre el Océano Atlántico en 2001.

Los estudiantes apelaron la negación. Marcos Zaid, un abogado que se especializa en casos FOIA, se ofreció a ayudar. La denuncia presentada también incluía los nombres de la Defensa Agencia de Inteligencia, el Comando Central de EE.UU. y el Estado, la Justicia y los departamentos del Tesoro.

"Hemos sido capaces de establecer células más allá de los cuatro hombres que fueron condenados,  capaz de establecer las identidades de los sospechosos que están caminando por las calles", dijo Nomani. "Yo realmente creo que podemos identificar a los asesinos.",afirmó.

* Personal de la investigadora Julie Tate contribuyó con este informe.