MAGALY MEDINA Sentando jurisprudencia

La Noticia corrió como reguero de pólvora.La archifamosa periodista de espectáculos de la televisión peruana había sido detenida y era enviada rumbo a la cárcel de mujeres.Magaly fue sentenciada a cinco meses de cárcel efectiva y a su productor Ney Guerrero a 3 meses de igual pena ,alo que hay que añadir la indemnización de 80 mil soles.

El motivo:las reveladoras fotos que publicó en su revista y en la television donde se apreciaba al futbolista Paolo Guerrero departiendo con una mujer cuando se suponía que debía estar concentrado en su hotel para sostener un partido crucial para las aspiraciones de la selección nacional de fútbol.Lo que vino,con dimes y diretes,es harto conocido.

Lo medular,es que se ha sentenciado,por primera vez,a una periodista mujer a cumplir prisión efectiva en un penal por ofrecer una información de interés público.Los detractores de la Medina arguyen que ella nunca pudo demostrar que la versión que propaló era cierta.Ergo, la jueza optó por una decisión lapidaria al no demostrarse que Paolo Guerrero salió de juerga a la hora exacta que afirmó la Medina.

¿VÍCTIMA DE SU PROPIA SOBERBIA?



Magaly es una periodista formada en aula,no es cualquier improvisada.Además,fue reportera de calle antes de alcanzar fama.Luego,se convertiría en un animal televisivo,como ella suele afirmar.Desde sus pininos tuvo una conducta no conocida en la television local.Solía escarbar entre sabanas,bancas de parque y asientos de autos de peloteros y artistas de la farándula.
Su formación en la Bausate y Mesa le dio herramientas de investigación que solo lo tienen aquellos adiestrados para desenvolverse en el periodismo escrito.Y justamente uno de sus profesores fue Fernando Vivas,hoy famoso crítico televisivo,quien acaba de afirmar que Magaly Medina es víctima de su propia soberbia.

Vivas,acaba de sostener en la puerta de su oficina de El Comercio,que la Medina debe utilizar sus cinco meses de carcelería para reflexionar sobre su vida y conducta frente cámaras.
Por qué Vivas y demás admiradores y detractores de Magaly tendrían que analizar mejor este episodio que tiene como figura principal ,nada menos, que a la periodista más influyente y poderosa,según estudios recientes.

Porque la Medina venía insinuando hace ya varios meses que su paso al periodismo político era una cuestión próxima e ineludible.Es más,se había concretado ya con su nuevo espacio al mediodía en Radio Capital del grupo RPP.

Por esta nueva perspectiva susurrada al oído por sus más cercanos asesores desde hace varios meses ,magaly se hizo merecedora hace pocos días del robo de su laptop que contenía valiosa información de sus contactos y proyectos.Los propios ejecutores del hurto han revelado que lo hicieron por encargo.

Fernando Vivas de El Comercio analiza la caída en desgracia de Magaly como si se tratara del lógico traspié de una chismosa de barrio que hurga entre faldas y suspensores.No ve más allá.
La desproporcionada sansión a la popular "urraca" (nombre acuñado hace 10 años por Fernando Vivas) trae cola.Su percance no es casual.Existe dos juicios pendientes más por delitos de prensa.Uno contra Juan Carlos Tafur y otro contra Mauricio Aguirre. Pero lo más grave esta detrás de escena.

Se plasma en los hechos un record favorable para incriminar a un periodista por delitos de opinión,aunque en el presente caso se trataría mas bien de un presunto delito contra el honor de un futbolista.Aunque para una gran mayoría Magaly Medina solo ha hecho uso de su derecho a informar.

Que esta sanción se haya producido justo cuando existe un mega escándalo de corrupción y dé la apariencia de una "cortina de humo" es otro tema.Lo real es que la indignación del ciudadano de a pie tiene su raíz en el desenlace de esta confrontación.



A Magaly se le ve como una chismosa que cuenta las verdades y líos de faldas que otros acallan,mientras que Paolo representa a esa casta de futbolistas interesados y sin amor a la camiseta que nos viene haciendo sufrir hace años.Allí radica la polaridad que se ha desatado acrecentada por informaciones que señalan que al equipo de Magaly no se le permitió en el juicio demostrar la veracidad de su investigación.

Finalmente,lo urgente que surge con este fallo desproporcionado es la revisión del sistema de juzgamiento para casos de delito de prensa que en la actualidad son muy sumarios y permite que magistrados suplentes,como en el presente caso,dicten sentencias jaladas de los cabellos y con aroma nada santo.