miércoles, 7 de julio de 2010

Operación silencio

Extraído de La República

13 de junio de 2010

Corren tiempos difíciles para la libertad de prensa en la región, pero sobre todo para aquellos que defienden su derecho a informar en los países del llamado “eje chavista” (Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua). Allí cada vez hay menos espacio para expresarse con libertad.

Por Raúl Mendoza

“Ese medio de comunicación está cometiendo traición a la patria” puede decir con su voz engolada el presidente venezolano Hugo Chávez en cualquier programa del “Aló, Presidente” refiriéndose a un canal de TV, una radio o una publicación impresa solo porque fueron críticos de su gobierno. Con seguridad ese medio será víctima de represalias, porque Chávez es la cabeza de un proyecto autoritario que solo en el 2009 ha acumulado 246 violaciones a la libertad de expresión y, por si fuera poco, ha extendido su influencia nefasta a Bolivia, Ecuador y Nicaragua, donde también está pasando lo mismo.

El líder del socialismo del siglo XXI ha avanzado por etapas en el proyecto más autoritario de la región y podría decirse que ha establecido una suerte de ‘manual’ para hostigar, atacar, cerrar o controlar medios. En un inicio remarcaba en su discurso que los periodistas eran ‘el enemigo’, luego auspició grupos que atacaban a los reporteros o las sedes de los medios de comunciación, después promovió leyes incompatibles con la libertad de expresión y ahora, con esas normas, pone a las empresas de comunicación contra la pared a cada rato. Los presidentes amigos le copian el modelo, las formas y los objetivos: controlar la información, eludir las críticas y denuncias.

Llaneros en la lucha

“En mi país se plantea la falsa disyuntiva de que quien no está con el chavismo está contra él”, explica Carlos Correa, director ejecutivo de Espacio Público, una organización de defensa de la información y los derechos humanos en Venezuela, para describir la situación. Para él, Chávez busca la polarización porque de ella saca dividendos. “En Venezuela todavía hay canales de expresión y puedes plantear tu descontento, pero nadie te asegura que no habrá represalias”, señala. No están en el nivel de Cuba, pero cada vez se cierran más los espacios.

Entre las normas dadas por el gobierno que Espacio Público considera más atentatorias contra la libertad de expresión está la ‘ley de responsabilidad social’ que no solo sanciona a una persona que da declaraciones sino al periodista que hizo el reporte y al medio de comunicación que las hizo públicas. “Eso se está aplicando a Globovisión. Le abren proceso administrativo y lo suspenden por 72 horas. El canal ha acumulado cinco de estas sanciones”, dice Correa.

¿Qué se busca con estas medidas? La autocensura. Como cerrar una televisora privada y opositora es todavía difícil de lograr -en parte porque hay una gran movilización social opositora–, el chavismo genera un ambiente donde los medios se sienten siempre inseguros. “El año pasado, por ejemplo, se anunció el cierre de 250 radioemisoras por el vencimiento de sus licencias y se cerraron 32 de ellas. El efecto fue que muchas de las estaciones en peligro ahora lo piensan dos veces antes de difundir una información crítica”, cuenta Correa. Con ello se afecta el derecho de la gente a tener información y a contrastarla. A pesar de ello, entre los logros de la sociedad organizada en Venezuela está. 1) el fortalecimiento de los gremios periodísticos y sindicatos; 2) la denuncia constante de abusos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos; y 3) el apoyo a propuestas informativas opositoras como Radio Caracas TV: el chavismo los obligó a irse al cable y allí se convirtieron en el canal con más audiencia. Pero la lucha continúa, solo en el 2009 hubo 146 agresiones a periodistas y 77 a medios de comunicación.

Amigo centroamericano

En una reciente visita al Perú, Julio Icaza, del Movimiento por Nicaragua, señaló: “En un grupo de países de la región hay claras tendencias de presión y violencia contra la libertad de prensa”, refiriéndose a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, y Argentina en menor medida. “En nuestro caso se repiten modalidades ya vistas en Venezuela como el chantaje a través de las concesiones de frecuencias radioeléctricas, el acoso tributario contra las empresas de comunicación, o la utilización de ‘pandillas’ que atacan a la prensa. Daniel Ortega gobierna despóticamente, maneja los asuntos públicos como si se tratara de su hacienda”.

Desde que asumió el poder en 2007 Ortega no ha dado conferencias de prensa y sus funcionarios no dan entrevistas a medios opositores. Su agenda, manejada por su esposa, Rosario Murillo, es un misterio. Su salud –según Reporteros sin Fronteras– es “secreto de Estado”. El periodista Carlos Fernando Chamorro –que en los 80 fue director del diario sandinista Barricada– fue denunciado judicialmente. Lo acusaron de lavado de dinero tras publicar una denuncia sobre tráfico de influencias en el gobierno. Otro periodista, Francisco Chamorro, director del Nuevo diario, fue acusado de fascista. Y Jaime Chamorro, director de La Prensa, también fue denunciado tras publicar una noticia. Así hay decenas de casos.

María José Zamora, también integrante del Movimiento por Nicaragua, señala que Ortega cada vez más se acerca al gobernante autócrata que era en los 80, cuando había un control absoluto de la información. “Hay por ejemplo un alto nivel de secretismo en las acciones y decisiones de Ortega”, precisa. En ese sentido el presidente nicaraguense no ha rendido cuentas sobre la cooperación venezolana en su país. “Con ese dinero ha comprado dos canales de televisión, el 4 y el 8”, complementa Julio Icaza. Al resto –cinco canales– los mediatiza con amenazas.

Desde que Ortega está en el poder, la sociedad nicaragüense se ha polarizado. Una situación no vista desde fines de los setenta, cuando el país estaba enfrascado en una guerra civil. Ahora el gobierno lucha contra el “imperio de los medios”. ¿Suena conocido?

Bolivia: Proceso con matices

Ramiro Orías, de la Red de Participación y Justicia de Bolivia, considera que su país está viviendo con Evo Morales un proceso de cambio político, social y económico importante, pero esto se ha desarrollado paralelamente al deterioro de la libertad de expresión. “Solo en los últimos 24 meses se han registrado, según el Observatorio Nacional de Medios de Bolivia, 350 actos de agresión física o psicológica a los periodistas en sus labores de cobertura”, explica. En la mayoría de casos se trata de ataques en turba, lo que convierte a las denuncias en mero trámite. Las instituciones encargadas no hacen nada para esclarecerlas. Más que leyes, aquí el mayor problema es la violencia contra el mensajero de noticias.

Y es que, como en Venezuela, Evo Morales ha declarado a la prensa “el principal enemigo del gobierno” (algo parecido dice Correa en Ecuador, además de otros adjetivos). “De todas las denuncias que se han hechos en los últimos dos años, solo el 15% ha llegado a nivel judicial y de esos solo dos casos han sido esclarecidos”, dice Orías. Según el experto, Bolivia tiene una nueva Constitución donde la libertad de expresión está razonablemente protegida, pero hay una gran contradicción con las prácticas autoritarias del gobierno.

Epílogo

Hay coincidencias entre los expertos consultados para esta nota: los sistemas democráticos están siendo debilitados más allá del signo ideológico. “A cualquier presidente, ya sea de izquierda o derecha, le gusta o le conviene un medio complaciente”, señala el venezolano Carlos Correa. Sin embargo, en los países citados, el Estado –como dijo un gremio de periodistas– “es una aplanadora que avanza por etapas contra los medios”. Ahí todavía aguardan varias batallas. Otro punto de coincidencia es que las violaciones a la libertad de expresión deben ser combatidas siempre porque no solo atañen a los medios de comunicación y a los periodistas, sino a toda la sociedad. “La libertad de expresión y el acceso a la información pública son derechos de toda la colectividad”, dice Ramiro Orías. Sin ellas la democracia no puede concretarse.

Cifras
Prensa y periodistas bajo la lupa:
• 138 ataques contra periodistas se registraron en Venezuela entre enero y abril. El 2004 fue el año con mayor número de ataques: 305.
• 350 agresiones a periodistas por parte de turbas se han registrado en Bolivia en los últimos 24 meses, según el Observatorio Nacional de Medios.
• 41 ataques contra la prensa se han registrado en Ecuador en lo que va del 2010, según información de Fundamedios.
Monopolio y prensa

Además de los proyectos autoritarios en nuestra región, hay también una tendencia a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación en manos privadas, algo que entraña peligros para la pluralidad. El periodista Gustavo Gorriti, investigador del Instituto de Defensa Legal (IDL), precisa que se trata de un problema no solo regional sino mundial, que ha influido en la crisis actual de los medios. Como ejemplo cercano señala la participación del grupo Planeta como accionista mayoritario de El Tiempo, propietario a su vez de la revista Cambio, en Colombia. “Planeta redujo a su mínima expresión la revista –caracterizada antes por sus acuciosas investigaciones periodísticas– porque le interesaba tener buenas relaciones con el gobierno y lograr licencias para operar cadenas televisivas. Si para eso hay que sacrificar un medio o variar sus contenidos por otros más ligeros, lo hacen. Porque eso les permite ganar plata”. Para Gorriti, esta situación, que se repite en todo el mundo, trae como resultado la banalización de la información, y el empobrecimiento del debate público y de la democracia.

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