lunes, 30 de noviembre de 2009

Guerras

La República
Por Danilo Arbilla
30 de noviembre de 2009

Buenos Aires. Cuando el 2 de abril de 1982 el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri ordenó la invasión de las Islas Malvinas, miles de argentinos lo apoyaron y fueron a Plaza de Mayo a vivarlo. Pero no todos. Muchos otros miles vieron que era una medida desesperada de un régimen que se resquebrajaba. Jorge Luis Borges, preguntado por los periodistas sobre la invasión, se limitó, certeramente, a definirla como “una huida hacia delante”.

Más o menos lo mismo pasa con este nuevo llamado a prepararse para la guerra del Comandante Hugo Chávez. No es la primera arenga bélica de este general de ninguna batalla; ya lo hizo “en defensa” de Bolivia y de Honduras. Pero esta vez resalta que la intención de Chávez es contrarrestar el creciente desprestigio y la impopularidad que afecta a su gobierno, a su gestión y a su persona. Es el viejo recurso de buscar enemigos afuera para lograr la cohesión interna y conseguir algo de respaldo.

Pero no es esta la guerra de Chávez y de sus cómplices –Evo Morales, Ortega, Correa, los Kirchner – la que asusta y preocupa, si no la que llevan a cabo contra la libertad de expresión, y en la que avanzan efectivamente y frente a la que los silencios y la indiferencia resultan muy graves y a la postre muy costosos para los derechos y libertades de la gente.

Hace una semana la SIP se reunió en esta capital y advirtió sobre “la acción coordinada de gobiernos para controlar a la prensa y el desprestigio constante al que la someten, el avance desmesurado de la violencia contra los periodistas, la proliferación de leyes restrictivas y arbitrarias decisiones judiciales que limitan la labor informativa, son claros indicios del deterioro de la libertad de prensa y el consiguiente debilitamiento del sistema democrático”.

A esta conclusión llegó la SIP tras el análisis de un semestre en que fueron asesinados 16 periodistas (8 en México, 3 en Honduras, 2 en Guatemala, 2 en Colombia y uno en El Salvador), continúan presos 27 periodistas independientes en Cuba, se multiplican las “leyes de medios” y reglamentaciones para controlar la información y manipular los contenidos de la prensa y se abusa del poder y los dineros públicos se utilizan para premiar amigos y a la prensa complaciente, todo ello dirigido a cercenar el derecho a la información de los ciudadanos.

Esta sí es una guerra en serio y los que avanzan son los enemigos de la libertad. Dar vuelta la cara, mirar para otro lado, pensar que “no es a mí que me vienen a buscar”, no es la forma de encarar el tema.

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