jueves, 12 de noviembre de 2009

Hasta la victoria,Yoani

08 noviembre de 2009

Perú 21
Autor: Marco Sifuentes



Esta es una isla donde las reglas del mundo exterior no aplican. Una isla perdida en la que el tiempo se detuvo en los 60. Una isla donde solo unos privilegiados saben qué ocurre en el resto del mundo y todos los demás están condenados a quedarse en ella para siempre, a menos que arriesguen sus vidas. No, aunque lo parezca, esta no es una columna sobre Lost.

El viernes, Yoani Sánchez, filóloga de 34 años y la 'bloguera’ más famosa de habla hispana, fue agredida y brevemente secuestrada por agentes que la acusaban de “contrarrevolucionaria”. La interceptaron junto a otros 'bloggers’ cuando se dirigían –ironía involuntaria– a una actividad cultural contra la violencia. Yoani exigió que le enseñaran una orden de arresto y, como toda respuesta, fue arrastrada dentro del automóvil a punta de golpes.

“Uno puso su rodilla sobre mi pecho y el otro, desde el asiento delantero me daba en la zona de los riñones y me golpeaba la cabeza para que yo abriera la boca (...) “Ya se te acabaron las payasadas”, dijo el que iba sentado al lado del chofer y que me halaba el cabello. En el asiento de atrás un raro espectáculo transcurría: mis piernas hacia arriba, mi rostro enrojecido por la presión y el cuerpo adolorido”, ha narrado Yoani. Después de pasearlos un rato por las calles de La Habana sus secuestradores la aventaron en una calle lejana a la manifestación. Los agentes hicieron lo mismo con otros cuatro 'blogueros’ que la acompañaban.

No es la primera vez que Yoani la pasa mal. Su blog “Generación Y” ha recibido múltiples premios fuera de la isla, pero ella no ha podido viajar a recibirlos. El año pasado no pudo viajar a España a recibir el premio Ortega y Gasset de Periodismo. Hace solo una semana, el Gobierno Cubano había rechazado su solicitud de permiso para viajar a los Estados Unidos a recibir el premio María Moore Cabot. Al respecto, el embajador de Cuba en el Perú, Luis Delfín, dijo este martes en RPP que Yoani “ha sido creada por los servicios especiales, los centros ideológicos manipuladores de la realidad de Cuba” y que no tiene ninguna influencia dentro de la isla.

Esto último es verdad, pero no de la forma que pretende el embajador. En la isla, Internet es vigilada por la Agencia Cubana de Supervisión y Control, que depende directamente del Ministerio de la Información. Esta agencia estatal ha decidido que el costo de conexión por hora cuesta alrededor de dos dólares en un cibercafé conectado a la red nacional. Solo para comparar: en el Perú, el costo promedio de hora en una cabina es un sol, o sea, seis veces menos. Pero en realidad, el costo es aún más prohibitivo: el sueldo de un cubano es 20 dólares. Es decir, que una hora en una cabina te puede costar el 10% de tu sueldo. Como comprenderán, Cuba es el país con menos internautas del hemisferio occidental.

Como si eso no fuera suficiente, desde que Yoani adquirió notoriedad internacional (su blog recibe 14 millones de visitas al mes), el Gobierno bloqueó desdecuba.com, la página que la aloja junto a otros cinco blogs independientes.

Yoani dice que “bloguea a ciegas”. Su rutina es sencilla: escribe sus post desde la vieja PC ensamblada de su casa, guarda los artículos en una memoria USB y luego sale a recorrer los hoteles de La Habana. Aprovechando su pinta y su fluidez en el idioma alemán, Yoani se hace pasar por turista para utilizar el acceso a la red internacional que tienen los hoteles (y no los cibercafés para cubanos). Como desdecuba.com está bloqueada, Yoani tiene que mandar sus textos por correo electrónico a amigos que, a su vez, le reenvían los comentarios de sus lectores. Ella se lleva los comentarios a su casa, para que el círculo vuelva a empezar.

Aún así, con todos los obstáculos y con la seguridad de que su mensaje llega a casi nadie dentro de la isla, Yoani se ha convertido en un problema suficientemente grave como para que el gobierno de Castro se atreva a agredirla, arriesgando la previsible reacción internacional que eso generaría. Una 'blogger’ sola puede no ser un problema, pero las redes a su alrededor amplifican su voz de tal forma que un régimen autoritario como el cubano ya no sabe cómo controlarla. Esta es una revolución sin comandantes.

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