sábado, 23 de enero de 2010

"Pensar, una misión del periodismo"



Tomás Eloy Martínez, galardonado en España por su trayectoria, reflexiona sobre los desafíos de los medios

Viernes 24 de abril de 2009
Publicado en edición impresa La Nación de Argentina
"Lo más valioso de Primera Plana fue el proyecto cultural", dijo Tomás Eloy Martínez
Por Mariano de Vedia

"Pensar y enriquecer la lengua para comunicar mejor." La esencia del periodismo nunca se pierde, y el desafío sigue intacto: estimular el pensamiento del lector.

Así lo expresó ayer a LA NACION el periodista y escritor Tomás Eloy Martínez, luego de sumar un eslabón más en su vida profesional: el diario madrileño El País le otorgó, por su trayectoria, el Premio Ortega y Gasset de Periodismo, que desde hace 26 años distingue trabajos publicados en español en cualquier país del mundo.

El jurado destacó a Martínez como un "maestro de periodistas, que ha ejercido el oficio en circunstancias difíciles para su país y ha marcado con su excelencia una de las más brillantes carreras del periodismo en lengua castellana".

Más de 50 años reúne su trayectoria periodística, desde sus comienzos en La Gaceta , de su Tucumán natal, sus primeras críticas de cine en LA NACION y su participación en Primera Plana y La Opinión , hasta los tiempos más recientes, como columnista de El País , The New York Times y LA NACION, además de su consagrada dedicación a la novela y al ensayo.

El filósofo y académico español Emilio Lledó presidió el jurado que premió a Tomás Eloy Martínez. Lo integraron, entre otros, los directores que tuvo El País desde su fundación: Juan Luis Cebrián, Joaquín Estefanía, Jesús Ceberio y Javier Moreno, con Juan Cruz como secretario.

Las lecciones de Ortega

"El nombre de Ortega tiene una especial resonancia", reflexionó ayer Martínez, en referencia al premio.

"Ortega nos enseñó a pensar. Fue un maestro del pensamiento. Nos enseñó a vernos sin complacencia. A eso tiende el periodismo", resumió. Valoró especialmente las enseñanzas del filósofo español: "Venía del otro lado del mundo y nos dio una lección de la necesidad del diálogo, desde su curiosidad, desapasionamiento y capacidad de asombro, con armonía y una calidad de escritor notable".

En contraste con la capacidad de asombro y la curiosidad que animaban a Ortega, Tomás Eloy Martínez percibe hoy en los medios "cierta ligereza en el tratamiento de algunos temas, déficits en la investigación, a pesar de que el periodismo contemporáneo corre con ventajas, porque todas las herramientas están dadas en Internet". Y añade que se necesita conocer muy a fondo los temas que se investigan.

Frente al futuro, dijo: "El rumbo es el periodismo de calidad, consciente de su responsabilidad cívica y moral y del lector al cual se dirige. No existe una sola verdad. Hay múltiples verdades; tantas como seres humanos".

Puso el ejemplo de Lugo y su múltiple paternidad, que da para muchas preguntas. "Marca un problema ético, con respuestas múltiples. Se emparienta con las multas que tuvo que pagar la Iglesia por escándalos sexuales en EE. UU. y con el caso Clinton, aunque su índole no es religiosa."

La ética y el respeto a la privacidad son un límite para el tratamiento periodístico de estos casos. "Pero depende de qué transgresión se trate. En cuanto a ciudadano, lo de Lugo se puede cuestionar o no, pero en su función de obispo o presidente, es distinto", advirtió.

No creo que el periodismo sea hoy mejor o peor. Hacen falta recursos e imaginación para enfrentar los desafíos de los nuevos lenguajes y de Internet", precisó.

Martínez afirmó que hay países donde la prensa va por ese camino.

"Sucede en Inglaterra, donde nació el periodismo moderno, con The Guardian , The Independent y el Times , de Londres. En Estados Unidos, la batalla es más compleja. Hay revistas como The New Yorker , con un enorme peso de pensamiento. Ahí está la reserva mejor del periodismo: estimular al lector a pensar, hacer un diálogo virtual, explicarle lo que pasa", dijo.

Cultura y pensamiento

"Lo más valioso de Primera Plana fue el proyecto cultural. Modificó la manera de ver la realidad. La hacíamos con absoluta independencia", dijo Martínez, al recordar especialmente el aporte de Ernesto Schoo, Norberto Firpo y Hugo Gambini, entre otros jóvenes de entonces.

Y afirmó: "Así como los buenos gobiernos persisten en la memoria por su relación con la cultura (casos Lula, Bachelet, Betancour, Felipe Calderón) hace falta un periodismo culto, no panfletario. Para eso se necesitan personas cultas. El amor por la cultura sólo nace en la gente culta y se irradia al país".

"¿Y en la Argentina?", fue la pregunta obligada. "Lo tuvimos con los gobiernos de Mitre y Sarmiento."

La última consulta fue si el público demanda un periodismo de calidad. "Hay una gran diversificación de lectores. Un público espera frivolidad, escándalo, entretenimeinto. Pero se entretiene mal, con lo ligero, lo fácil. Otro público es más inteligente y busca la información exhaustiva, lo que mejor lo enriquece", concluyó.

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