lunes, 26 de abril de 2010

Dear Ocram001

Dom. 25 abr '10

Peru21
Autor: Marco Sifuentes

Querido ocram001:
Hemos inhabilitado el siguiente material como resultado de una notificación de RBC TELEVISION CANAL 11 PERU alegando que este material trasgrede sus derechos de autor: Belmont, págale a los errebecistas.
Sinceramente,
El equipo de You Tube”
Hace unos días me llegó este correo de You Tube avisándome que habían retirado uno de los videos de mi canal personal, debido a que infringía los derechos de autor. El video era un reportaje que hice en 2006 para Frecuencia Latina sobre el enfrentamiento entre la Asociación de Errebecistas estafados y la persona que consideran responsable de todas sus desgracias: el entonces candidato al Congreso, Ricardo Belmont. El material, en modo alguno, le pertenecía a RBC Televisión, pero supongo que resultaba incómodo para el 'Hermanón’ y por eso denunció “copyright infringment” ante You Tube.

Como cualquier otra web que ofrece una plataforma de publicación, You Tube no se hace responsable por los contenidos de sus videos pero sí tiene vías para que terceros soliciten el retiro de cualquier material que viole la ley o que no cumpla con las normas internas del servicio. En You Tube, la gran mayoría de procesos de eliminación de contenido está relacionada a infracciones de copyright, el gran cuco de nuestros días.

You Tube tramita velozmente toda supuesta vulneración a los derechos de autor, sin tomarse el imposible trabajo de chequear la validez de cada uno de los miles de reclamos que procesa. Gracias a la presión legal del acta DMCA (Digital Millennium Copyright Act), no les queda otra más que borrar primero y preguntar después. “Copyright” se ha vuelto una palabra mágica, si uno la invoca se acabó la historia, aunque el reclamo sea absurdo y aunque, por ejemplo, lo que estén retirando sea un video sobre el dueño del canal y no un video del canal.

Algo similar sucedió con John McCain durante la última elección presidencial norteamericana. En el momento más crítico de la campaña, muchos videos de propaganda fueron retirados de You Tube por supuestamente trasgredir los derechos de algunos canales. Según la DMCA, el supuesto infractor puede defenderse y el proveedor de la plataforma (en este caso, You Tube) tiene dos semanas para resolver el caso. El problema es que dos semanas son “toda una vida en una campaña política”, como dijo la campaña McCain en una memorable carta sobre los abusos generados a partir de la DMCA. Con este antecedente, no se sorprendan si el copyright se convierte en un arma de guerra sucia en las ya desplegadas campañas 2.0 de nuestros candidatos.

Y así, muchas veces “copyright” esconde a otra palabreja, mucho más familiar: censura. Por eso es que los gobiernos juegan en pared con la industria del entretenimiento impulsando tratados como el inminente ACTA que, bajo la fachada políticamente correcta de un acuerdo contra la falsificación, quiere establecer un DMCA global y con esteroides, implantar una especie de régimen policial en toda la red. El ACTA todavía no se firma pero esta semana se ha filtrado un preocupante borrador.

Seamos claros: este no es un tema de piratería, protección de marcas o derechos de autor. Es una lucha por la libertad de expresión. El mismo Google lo ha entendido así y esta semana se ha defendido brillantemente de una treintena de gobiernos que le han solicitado remover contenido de sus plataformas. Ha creado un mapa que muestra qué gobiernos han tramitado esas solicitudes y cuántas son. Ojo: el Perú es uno de esos gobiernos que ha solicitado borrar información de Google.

Según el mapa publicado esta semana, hasta diciembre de 2009, Perú ha tramitado menos de diez “removal requests”. ¿Qué es lo que nuestro gobierno ha pedido borrar? Google, elegantemente, no lo dice pero sería bonito que alguna autoridad local nos informe.

Lo que tienen en común la industria del entretenimiento y los gobiernos es que han perdido el monopolio de la información. La información ahora es accesible a cualquier persona independientemente de los viejos circuitos empresariales y políticos, pero no solo eso, sino que cualquier persona puede producir información fuera de esos circuitos. La información es poder y quienes la manejaban han perdido ese poder. El viejo orden se defiende con un arma: el copyright, pero Internet siempre encuentra las formas de escabullirse. Por ejemplo, ahorita me voy a ver en qué servicio de videos alternativo subo ese reportaje sobre esa persona que es, a la vez, parte de la industria del entretenimiento y de la política.

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