martes, 13 de abril de 2010

“En Cuba el ciclo de silencio se ha acabado”

11 de abril de 2010
La República

Es la bloguera más polémica de Cuba. “Generación Y”, el blog que registra su crítica visión de la isla, es uno de los más leídos del mundo. Miles de personas comentan sus posts. El 2008 fue considerada por la revista Time una de los 100 personajes globales más influyentes. Domingo conversó con ella sobre la situación que enfrenta como disidente y sobre las protestas que se desataron en las últimas semanas. La oposición al régimen dictatorial, asegura Yoani, va creciendo poco a poco.
Por Raúl Mendoza

Sabemos que tienes enormes problemas para acceder a internet, como la mayoría en Cuba. ¿Cómo haces para mantener tu blog “Generación Y”?

–Escribir para internet en Cuba, uno de los países con más baja tasa de conectividad, es una verdadera aventura. Por ejemplo los cubanos no podemos tener internet doméstico en nuestra casa. Ese es un privilegio del que gozan solo los altos funcionarios o los extranjeros residentes en territorio nacional. De manera que personas como yo, que queremos mantener nuestra voz en el ciberespacio, tenemos que apelar a las conexiones en los hoteles donde una hora de internet puede costar un tercio del salario medio mensual. Por esa razón solo me puedo conectar una vez a la semana y optimizar el tiempo online. Y para colmo, desde marzo del 2008 el gobierno cubano implementó un filtro tecnológico que bloqueó mi blog en el interior del país. De manera que solo gracias a la solidaridad y a los comentaristas de mi blog, este espacio virtual ha podido sobrevivir. Yo envío los textos una vez por semana, varios, a través del correo electrónico. Y estos amigos virtuales me ayudan a colocarlos en el blog, de manera que van apareciendo en una secuencia que da la impresión de que yo estoy conectada. Pero en realidad estoy totalmente a ciegas.

–¿Cómo logran que no les cierren el blog, que no lo hackeen?

–El blog ha sido víctima de sucesivos hackeos. Incluso el día que me entregaron el Premio Ortega y Gasset, el 7 de mayo del 2008, y cuando el gobierno cubano no me dejó viajar, mi blog fue hackeado durante 24 horas. He sido víctima, pero esos momentos cuando borraban todos mis textos han servido para que yo salga más robustecida. Afortunadamente, hoy solo está invadido de ‘trolls’ –comentaristas recurrentes y molestos– que insultan, gritan o tratan de crear campañas de información, pero hasta ahora en los últimos meses ningún hacker ha logrado vulnerar la seguridad del blog.

–A propósito de lo que publicas en tu blog has sufrido numerosas agresiones. ¿De qué otros hostigamientos eres víctima?

–Escribir un blog y emitir una opinión crítica distinta a la del gobierno tiene un costo social y personal muy alto. En mi caso eso se ha materializado en el hecho de que no puedo salir de mi país. Todas las veces que he pedido autorización para viajar, me ha sido negada. Incluso ahora mismo se está presentando un libro mío en Chile, llamado “Cuba Libre”, y yo estoy prisionera en La Habana.

También el acoso policial, las campañas de difamación, la presión sobre mi persona y sobre mis amigos y mi familia. Eso es un intento de ‘radioactivizarme’ socialmente para que nadie se acerque a mí. Trato de vivir con todo eso y que esa presión no influya en la frescura de mi escritura.

–Expresar un desacuerdo con algunas decisiones del gobierno, decir lo que se piensa, no significa estar en contra del modelo socialista. ¿Cuál es la situación de la libertad de expresión en tu país?

–En Cuba está penalizada la discrepancia. Es un país donde las personas que piensan diferente al gobierno y lo expresan y hacen patente su contrariedad, son penalizadas y castigadas. ¿Cómo son los castigos? Muy variados. Desde perder el empleo, desde la estigmatización social, hasta ya no poder aspirar a una plaza de trabajo en la universidad o a una mejoría salarial. Incluso, no poder salir del país porque cada cubano necesita para salir un permiso del Estado. Todos aquellos que han contrariado la opinión oficial saben que pueden ser objeto de negativa de viaje. Y los casos más extremos son las más de 200 personas que están purgando prisión por delito de opinión y de conciencia.

–¿Existen medios de comunicación, aunque sea tibiamente, opositores?

–En Cuba hay un delito en el código penal que se llama ‘propaganda enemiga’. Todo aquel que imprima opiniones con artículos, reportajes, y los distribuya de forma paralela al Estado puede ser juzgado bajo esa figura delictiva e ir a prisión. De manera que el tema informativo es un monopolio estatal. Ahora, con las nuevas tecnologías, eso ha cambiado. No porque la voluntad gubernamental se ha hecho más flexible, sino porque los ciudadanos nos hemos vuelto más atrevidos. Con las memorias flash, los teléfonos celulares, las antenas parabólicas, que son ilegales pero la gente las tiene escondidas, y otros soportes de información, pues circulan noticias, videos, documentos y una serie de información sobre nosotros y lo que ocurre en el mundo. Y esto ya resulta indetenible por parte de los censores oficiales.

–El gobierno puede controlar la televisión, la radio. ¿Pueden controlar el internet?

–Hay intentos. Hay muchas páginas bloqueadas, entre ellos mi blog, y otros sitios que se dedican al tema de Cuba y que se hacen desde el exilio. Pero los internautas son diestros en saltar esos obstáculos y llegar a las páginas prohibidas.

–En los últimos tiempos vemos que hay una efervescencia en Cuba. Tenemos la muerte de un preso de conciencia, las protestas de las Damas de Blanco, blogs como el tuyo. ¿Cuba está viviendo un momento especial de protestas contra el régimen, o siempre fue así pero no nos enterábamos?

–Mira, ha ocurrido parte y parte. Ahora estamos viviendo un descorrer el velo hacia una realidad que había sido siempre tan dramática como ahora, sin embargo la opinión internacional no escuchaba lo que le decíamos a gritos. Había como un idealismo sobre qué era Cuba, la isla de la utopía, la de la esperanza. Y nadie quería enterarse de la dureza de la vida en este lugar: del control extremo, de la represión y la censura. Y por otro lado, la muerte de Orlando Zapata Tamayo –preso disidente– ha servido como elemento aglutinador en el dolor para la oposición dispersa. Aunque aquí mucha gente siga sin sumarse a partidos disidentes por temor, te puedo decir que cada vez el discurso en la calle, las opiniones de la gente de a pie se acerca más a los plataformas y demandas que ha hecho la oposición durante años.

–Quiénes conforman la oposición en Cuba.

–Muy variadas personas. En la oposición hay todo tipo de colores políticos y de tendencias. Desde liberales hasta socialdemócratas pasando por socialistas, gente plural. Lo que pasa es que no están bajo un marco de respeto. Son detenidos, amenazados, coaccionados y sus partidos de oposición infiltrados por gente de la policía política y constantemente se les recuerda que sus partidos son ilegales y no pueden reunirse, presentar documentos y no pueden expresarse públicamente. No obstante, son gente con mucha responsabilidad cívica y lo siguen haciendo.

–¿Crees que se ha perdido el miedo a la protesta en la isla?

–Totalmente. Creo que hay un ciclo de silencio que ha acabado, lo veo en la calle. De las críticas a la calidad del pan o los baches en las aceras, han pasado a criticar con nombre y apellido.

–¿Por qué a ti no te encarcelan como sí ha pasado con otras personas críticas al gobierno cubano? Tus cuestionamientos también son muy directos.

–Cada día que logro poner la cabeza en la almohada siento que han sido 24 horas de plus que me han dado del lado de acá de las rejas, pero no creo que el no encarcelarme sea una decisión firmemente tomada. Mañana mismo podría estar en prisión. Lo que pasa es que el altavoz que me ha permitido internet, la visibilidad internacional, la protección que me brindan todos los lectores que se acercan a mi blog, pues ha sido el escudo protector fundamental. Sin eso no hubiera podido llegar hasta aquí. Pero no creo que eso me garantice una inmunidad, ni que me permita correr todo el tiempo hacia adelante y seguir expresándome. Yo creo que en las sombras, en alguna oficina, se acumula un expediente con páginas y páginas para llevarme un día a un tribunal.
Ojo avizor

”Las Damas de Blanco, esposas, madres e hijas de presos políticos que ya llevan siete años condenados a largas penas y a cuantiosos insultos oficiales. Su marcha es la única expresión de descontento cívico que ha logrado arrebatarle al gobierno cubano un fragmento de ciudad, un trozo de ese país que permanece asustado y silenciado” (Letras Libres, abril de 2010).

”El país sigue sin producir suficientes alimentos y ahora no tiene dinero para importarlos. Se han disuelto varias empresas mixtas de capital extranjero y estatal ante los impagos acumulados por el gobierno, desestimulando así a otros posibles inversionistas” (El Mercurio, 3 de abril de 2010).

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