viernes, 18 de septiembre de 2009

Perú 21 ¡Te Me Caiste!

Lunes 24 de noviembre de 2008
21 SOLES Y EL PERÚ
Augusto Ortiz de Zevallos


Acabo de cancelar con el quiosco de mi barrio mi suscripción a Perú.21, que me costaba 21 emblemáticos soles al mes (30 veces 70 céntimos). Ese era el precio mínimo e irreemplazable de un valor mucho mayor, hoy perdido.La libertad de pensamiento, la laicidad, la inteligencia, la información, la opinión. También la irreverencia, el humor, la descreencia en pompas y boatos. Respetar al lector y no darle catecismos ni chismes ni banalidades perfumadas.

Desde la tarjeta roja de sus dueños a su director, este triste despropósito que ha pifeado el estadio entero porque sabe y huele a esos penales, tiros libres y off-sides regalados que los futboleros peruanos conocemos, PERU.21 es una parodia, de la que se han bajado casi todos los columnistas regulares. Yo he sido uno irregular, amateur y esporádico y quizá no me corresponda renunciar. Nunca cobré, nada me deben. Pero me bajo, porque además ya ni me podría leer. Ni yo mismo ni quienes me interesaba que me leyesen, los lectores del Perú.21 previo a este fantasma, que eran muchos y sumaban una apuesta por el Perú joven, nuevo, distinto, mestizo y plural.Lectoría que esta estupidez pierde y que nos devuelve al viejo sabor mediocre, rancio y pretencioso del periodismo feudal.

Fue el primer logro (y no solamente intento) de una lectoría plural en edades, nivel económico, procedencia, estilo de vida.Lo fue tanto que fue frenado para que no hiciera competencia a otros periódicos de su grupo, bastante más caros y vacíos. Todo esto, además de agredir nuestra inteligencia es por ello un absurdo empresarial. Habrá menos lectores, menos credibilidad.Solamente lo pueden explicar cuentas hechas en otros territorios de interés.

El nombre del diario desmantelado aludía evidentemente al siglo 21 en que deberíamos estar y al próximo centenario de nuestra independencia que así se anuncia mal (el anterior se celebró con fachadas de cartón piedra en la Plaza San Martín).Nos quedamos sin una herramienta importante para que haya cambios y no solamente escenografías. A ver más de lo mismo.

Solamente añado la nostalgia que hoy tuve de cuando hace más de cuarenta años, seguía semanalmente el ritual fascinante y sabio de la escultora Cristina Gálvez, a quien le llegaban por barco, con un mes puntual de atraso, los periódicos hebdomadarios que leía: El Nouvel Observateur y el Canard Enchainé.No leía ninguno peruano. Tampoco veía televisión. Prefería el oxígeno al aire enrarecido. Y así Cristina se enteraba un mes después de que habían llegado a la luna, por ejemplo. Pero ese mes de tardanza le daba décadas de adelanto en saber vivir, entender, crear y pensar.Que PERU 21 no descanse en paz. Que la libertad de pensar, informar y opinar tampoco.
Publicado por Espacio Compartido
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