viernes, 11 de diciembre de 2009

La guerra por Internet

Dom. 06 dic '09
Perú 21

Autor: Marco Sifuentes



¿Y si nuestro futuro Ministerio de la Cultura tuviera la potestad de desconectar Google? Este escenario orwelliano, por delirante que parezca, estuvo a punto de ocurrir esta semana en España. Contrabandeado en un proyecto de ley anticrisis, el Ministerio de Cultura español se arrogó el derecho de bloquear el acceso a cualquier web (o a toda Internet) bajo la excusa de la “salvaguarda de la propiedad intelectual”. La intentona ha sido conjurada, pero ¿se imaginan qué pasaría acá en el Perú si ocurriera lo mismo?

Nada, por supuesto.

A pesar de ser uno de los países latinoamericanos con más movida online, en el Perú los derechos digitales no generan ningún tipo de discusión en los círculos mediáticos (y ya ni se diga en los políticos, más preocupados en viajar por el mundo que en conocerlo). Menos aún existen políticas públicas destinadas a proteger nuestro libre acceso a la cultura. Al contrario.

Rondando las reuniones para la creación de nuestro Ministerio de la Cultura se encuentra Armando Massé, muy distinguido presidente de la Apdayc, y el más eximio representante peruano de los intereses de la industria internacional del entretenimiento.

Claro, el señor Massé tiene todo el derecho de cabildear a favor de sus representados. Por supuesto. ¿Pero, y el otro lado? Nadie habla por ese otro lado, el de ustedes que ven videos en You Tube, el de sus hijos que descargan MP3, el de los taxistas que escuchan radio mientras manejan, el de los artistas que se remixean entre sí, el de la bodeguera que ve su telenovela mientras atiende a sus caseritos. Nadie representa a todas esas personas que, según las industrias, son delincuentes porque no pagan por ninguna de esas actividades.

No se trata, por cierto, de una defensa de la piratería. Se trata de un ataque al mercantilismo. Entendámonos. Estamos hablando de un rubro que ha sido arrasado por las nuevas tecnologías: el de los contenidos culturales.

Era un negocio basado en el cobro por la copia. Lamentablemente, con la digitalización de la cultura, el costo de la copia es cero. Se acabó el bisnes. ¿Y cuál fue la respuesta de las industrias? En vez de cambiar su modelo de negocio, como sucedería en una verdadera economía de mercado, las industrias culturales pretenden que toda la sociedad baile a su desgastado ritmo.

Y aquí es cuando la cosa se pone grave. El lobby de esta industria es multimillonario y está consiguiendo lo increíble: hacer retroceder a Internet. España fue solo la última víctima. Antes, Francia y el Reino Unido intentaron pasar normas que, básicamente, se traducen en: los derechos patrimoniales de autor están absolutamente por encima de cualquier otro. De. Cualquier. Otro. Derecho. Así de simple. Y por eso es que la cosa no se limita a la libertad de llenar nuestros iPods o ver el último video de gatitos en You Tube.

Con la excusa de la protección de los derechos de autor, los gobiernos alrededor del mundo están intentando –y algunos están consiguiendo– pasar leyes que les den la potestad de cerrar páginas webs, decomisar laptops y hasta prohibirte el acceso a Internet. La situación ha excedido el debate sobre “la piratería” y se ha convertido en una verdadera guerra por la libertad de Internet.

¿Qué va a pasar cuando la guerra llegue al Perú? Algunos ya se están preparando. Eduardo Villanueva, profesor de nuevas tecnologías en la PUCP, ha publicado un post advirtiendo que “estamos en una etapa, globalmente hablando, muy peligrosa para el desarrollo de la vida digital” y desarrolla una serie de ideas (muchas que he, coherentemente, remixeado y presentado en esta misma columna) que ha resumido en cinco puntos que podrían convertirse en el Manifiesto del Internet peruano. La discusión está abierta, para todos los interesados, en http://ir.pe/evillan.

Un intento por pasar a la acción está en el movimiento No Soy Delincuente (http://nosoydelincuente.pe) versión peruana de iniciativas similares en España y Chile, que se propone ir concientizando a la gente sobre sus derechos digitales (y ampliar nuestras libertades dentro del estrecho margen de juego que nos dejan los tratados internacionales que ha firmado el Perú). Tiene una cuenta en Twitter @nsdelincuente y Facebook http://ir.pe/nsdfb (full disclosure: soy parte del movimento).

Y hay más iniciativas. La Guerra por Internet está a punto de llegar al Perú y no sería mala idea irnos preparando. Después de todo, el otro lado ya ha conseguido tener voz en la creación del Ministerio de Cultura. ¿Dónde vamos a estar todos los demás cuando se inicien los combates?

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